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Opinión

Jose Luis Caballero Leal

Aquí encontrará un análisis crítico y actual sobre los principales acontecimientos políticos y sociales de México y el mundo desde la óptica de un ciudadano

¿Y ahora quién podrá defendernos?

2017-08-20 | José Luis Caballero Leal
JOSé LUIS CABALLERO LEAL
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La mítica figura de Don Roberto Gómez Bolaños, personificando al héroe popular más conocido de Latinoamérica, el Chapulín Colorado, fue invocada con vehemencia durante la recién concluida asamblea nacional del partido aún en el poder, el Revolucionario Institucional, cuando las bases partidistas (mejor conocidas como el ‘dedazo’) decidieron aprobar una reforma estatutaria prohibiendo el popular ‘chapulineo’, ese que por décadas ha permitido no sólo a los vividores de la política brincar del Senado a la Cámara de Diputados y/o a la Asamblea de la CDMX (o viceversa), sino peor aún, mantener el codiciado y necesario fuero constitucional, distintivo de la más absoluta impunidad en este país. La reforma estatutaria, celebrada con gran algarabía por muchos asambleístas, impedirá que todos aquellos legisladores electos a través del sistema de representación proporcional, es decir, los plurinominales, no puedan, bajo ninguna circunstancia, brincar a otro cargo legislativo de forma inmediata, ocupando otra curul plurinominal. Si quieren hueso, tendrán que salir a las calles a buscar y ganar el voto popular, algo que se antoja menos que imposible.

Romero Deschamps, Gamboa, Beltrones, Jackson, Ramírez Marín, Ortega, Benítez, Camacho, entre otros, son algunos de los destinatarios directos de esta innovadora reforma estatuaria, que, a diferencia de otras muchas prácticas priístas, ésta, en particular, debería ser replicada por otros partidos. Hay cientos de legisladores de “carrera”, que no sólo no representan un solo voto ciudadano, sino que han vivido del erario público por décadas, al amparo de un perverso sistema de representación proporcional, que si bien es cierto ha dado presencia y voz a las minorías en ambas cámaras legislativas, ha contribuido por igual a la existencia de un régimen de privilegios insaciables, dominado por grupúsculos existentes en cada uno de los partidos políticos, que al amparo de esta polémica figura “democrática”, ha perpetuado a un reducido grupo de políticos en el poder.

Pero el desgarrador grito de ayuda de algunos ‘chapulines’ priístas no será desoído por todos. Al rescate de una clase política que se niega a su extinción, el polémico Instituto Nacional Electoral, en la persona de Lorenzo Cordova, será quien tenga la última palabra al respecto, pues se anticipa que la reforma ‘antichapulín’ será vetada por ese organismo “ciudadano” al trastocar derechos fundamentales de los legisladores pretensos al brinco. Si se llegare a dictaminar que tal prohibición es violatoria de alguna de las decenas de categorías de derechos humanos hoy existentes, el líder petrolero, hoy Senador de la República, será, sin duda, Diputado Federal plurinominal en la LXIV legislatura (con fuero constitucional), acompañando a los hijos de funcionarios como Ruiz Esparza, Gamboa, Beltrones, ‘Chayo’ Robles, entre otros, a quienes la revolución mexicana y la reforma estatutaria también les ha asegurado una curul, al disponer que una tercera parte de éstas, estará destinada únicamente a las juventudes priístas.

La creación de la Comisión de Ética partidaria es un chiste que se cuenta solo. Al tiempo.

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