‘Hello USA’, ahí les voy

Finas y educadas personas nuevamente estamos aquí reunidos para hablar de los temas que rodean al deporte más bonito del mundo, la lucha libre. Y como les comenté en semanas anteriores, todos los que participamos en la Caravana Estelar de AAA hemos tenido tanto trabajo que ya ni me acuerdo de los lugares que hemos visitado. ‘Pérenme’, dejen hago memoria: anduvimos por Pachuca, Hidalgo; en Xalapa, Veracruz, y Ocoyoacac, Estado de México.

Precisamente en Ocoyoacac me pasó una de las experiencias más devastadoras de mi vida, les cuento. Estaba en el vestidor y llegó el promotor a pedirme que visitara a un niño que está enfermo y quería conocerme. En muchas ocasiones he mencionado en esta columna que los niños son una prioridad para su servilleta y máxime si están malitos. Quedamos en que iría al final de la función y así lo hicimos, me encontré con un pequeñito, flaquito; de inmediato lo saludé y me impresionó mucho darme cuenta de que tenía varias cicatrices en la cabeza, producto de muchas operaciones, lo peor del caso es que los doctores no saben qué enfermedad padece. La verdad me puso a pensar en mis hijos, en lo terrible que sería verlos enfermos... ¡Caray! me cuesta expresarles mis sentimientos al respecto, se me nublan los ojos, mejor cambiamos de tema. Sin embargo, acuérdense que la salud es lo más importante y que por eso todos los días debemos, no, tenemos que disfrutar a nuestras familias.

¡Iuuuuuuuuuuuu! Les presumo que ya tengo visa de trabajo en Estados Unidos. ¿Cómo les quedó el ojo? La Parka se va a internacionalizar y ya no va a tener que pasar por el agujero para ir a las luchas, ja ja ja ja. Me da mucho gusto tener la posibilidad de demostrale a los batos de aquellas tierras que los mexicanos tenemos mucha calidad de trabajo, que somos buenas personas, y que entre nosotros hay más gente de bien, que de mal.

Todo lo anterior me hizo recordar que en una época de mi vida, cuando era chavo, me dediqué a traer frijol de Estados Unidos. Todos los días íbamos de Hermosillo a Nogales, máximo cada dos días. Pagábamos 10 dólares para cruzar la camioneta y nos la dejaban en una plaza, mientras nos subíamos al cerro y pasábamos por un hoyo grande que había, al final del camino estaban las tiendas. En un principio lo teníamos que hacer con cuidado porque estaban los de migración, pero llegó al grado de que ya nos conocían y casi casi pasábamos junto a ellos sin que nos dijeran nada. Por eso le digo a toda la raza, a todos los inmigrantes, ustedes son grandes y tarde o temprano, el señor que anda de presidente de aquellas tierras se tendrá que dar cuenta de la calidad que tienen. Nada más...  ¡No se me desesperen! porque él lo hace para llamar la atención de todo el mundo, pero poco a poco las cosas se van a ir asentando.

Finalmente, quiero hablar con mis compas y mis morras de la primera visoria de ‘La Llave a la Gloria’, porque todos los involucrados estamos muy sorprendidos con la calidad de los muchachos que participaron. Fue increíble ver su entusiasmo, su entrega, y eso nos da la idea de que las cinco visorias que faltan van a estar mucho mejores. Eso me hizo pensar que aunque falta un rato para mi retiro, en un futuro me gustaría tener en AAA otro tipo de actividades, más responsabilidades para la formación de las nuevas generaciones de luchadores. ¡Ya dije!

Y como me sucede cada semana, el espacio se me está acabando y no me resta más que recordale a toda la raza que sigo en estado disponible, bueno, no a toda la raza, solamente a las chicas bonitas... ¡Estoy de servicio las 24 horas!, los 365 días del año y... ¡Nunca digo que no! ¡Hasta la próxima!