Lo confieso: mi motor siempre será mi familia

¡Wow! ¿Cómo dicen que les va? Déjenme les cuento que esta semana que está por concluir fue una de las más movidas del año. La Caravana AAA anduvo del tingo al tango: empezamos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, nos fuimos a Pachuca, seguimos en San Luis Potosí y de ahí, vámonos a Celaya. Ahora sí que nada más llegué a la casa de todos ustedes para cambiar de maleta y decirle a mi señora: “¡Ya llegué, vieja! ¡Ya me voy, vieja!”.

Es por eso que en repetidas ocasiones a través de estas líneas les he comentado que la profesión de luchador es una de las más satisfactorias, pero también de las más demandantes. Constantemente se extraña a la familia a pesar de que todo nuestro esfuerzo arriba del ring está dedicado para ello y por supuesto, para todos ustedes.

La Parka, o sea yo mero, no tiene mayor satisfacción en la vida que llegar a su casa, abrazar a su familia y poderles dar lo que necesiten económicamente hablando, gracias a un trabajo tan noble y tan honrado como el que me ha brindado la grandiosa lucha libre.

Amo a mis hijos y todo lo que hago es por ellos. ¡Iuuuuuu! me encanta sentarme a platicar y mirarlos a los ojos, saber que tienen una vida tranquila. Quizá me sucede porque en mi infancia mi padre fue muy estricto conmigo. No recuerdo si les he contado que en mis inicios como luchador, en mi natal Hermosillo, Sonora, luchaba a escondidas de mi papá. Él quería que me dedicara a cuidar de su negocio, fabricaba muebles, pero esa no era mi vocación y tuve que darle un gran dolor al decirle que debía darle esa responsabilidad a mis hermanos. Al correr del tiempo, esa decisión se convirtió en una pena muy grande para mí, porque yo adoraba a mi padre y él se quedó con la idea de que le estaba dando la espalda. ¿Saben una cosa? el mejor día de mi vida, durante mi infancia y adolescencia, fue la Navidad, porque era la única ocasión en la que tenía la oportunidad de sentarme a platicar con él.

¡Chanclas, Adelina! ando sentimental. Por eso, aprovecho para pedirles a todos los que me hacen favor de leerme que apapachen a su familia, díganle cuanto la quieren a la menor provocación, porque la vida cambia en un momento y las oportunidades no vuelven. ¡Te amo, papá!

Y ahora vamos a hablar de lucha libre que para eso estamos acá en RÉCORD. A todos mis compañeros de AAA, que el próximo lunes viajarán a Japón, les deseo muchísima suerte; pongan muy en alto el nombre de México. Hasta aquellas tierras
viajará la rivalidad de Psycho Clown con Pagano, así como la de Daga con Australian Suicide. Seguramente con estos choques de trenes hasta los ojitos se les van a abrir a los japonecitos.

Les adelanto que la próxima semana estaré en un gran evento internacional que se realizará en la CDMX y en el que habrá mucha velocidad. Seguramente otra vez voy a hacer la envidia de propios y extraños... ¡Iuuuuuuu!

Hasta aquí llegamos porque se nos acaba la página. Lo que me lleva a pedirle al jefazo Carlos Ponce de León, Director de RÉCORD, que me haga una ampliación en el espacio porque se me quedan muchas cosas en el tintero y no se vale. Recuerden que soy sereno, pero la lucha libre me desenfrena. ¡Hasta la próxima!