Fin de una temporada cargada de polémica

Termina la temporada en el Ascenso MX, un año futbolístico en medio de la polémica, tal vez sean los meses con más tensión en los últimos años, desde la que muchos consideraron la decisión más absurda como tantas otras en el futbol mexicano, a la de poner candados para poder estar certificados y así ascender en un plazo de 45 días.

Es cierto, las reglas estuvieron claras desde el principio y al ser sólo seis equipos certificados para poder lograr el ascenso, las probabilidades de que esto ocurriera fueron mínimas, en diciembre pasado, con la coronación, con todos los méritos deportivos de Alebrijes de Oaxaca sobre Bravos de Ciudad Juárez, se abrió en aquel entonces el debate sobre si se le daría la posibilidad de que pudiera ‘recertificarse’ a la institución propiedad de Fernando San Román.

Los directivos de Oaxaca en su momento cabildearon en diversas esferas que se les diera la oportunidad de mostrar que con el paso de los meses habían cumplido con los requisitos que marca la Liga para tener el aval de poder jugar en la Liga MX, en medio de una disputa entre la familia San Román y Alejandro Irarragorri por la propiedad de Tampico Madero, las posibilidades de que les levantaran el pulgar se diluyeron.

Para el torneo de Clausura 2018, de los seis equipos avalados, cuatro avanzaron a la Liguilla, Dorados, UdeG, Atlante y Celaya, los Leones Negros lograron llegar a la Final y los universitarios ilusionaron no solamente a sus aficionados, sino también a la cúpula de la Liga MX, ya que en caso de derrotar a Tapachula, las posibilidades de que un equipo certificado ascendiera serían al 50 por ciento, la UdeG no sólo le falló a su afición, sino que indirectamente a la Liga MX, que esa misma tarde, en medio de los festejos de los Cafetaleros, les cerraba la puerta a los dos equipos certificados.

El repudio general no se hizo llegar para Enrique Bonilla, es cierto, las decisiones no han sido coherentes en cuanto al espíritu de una Liga de ascenso, pero fueron los mismos socios del futbol que aceptaron estas reglas y tristemente hoy tienen que apegarse a ellas.

Oaxaca y Tapachula disputan un partido sin sentido, un juego que en la teoría marcaría a las dos ciudades donde residen estos equipos, no será así esta Final, quedará marcada como una de las grandes ignominias en el futbol mexicano y una burla para el aficionado al futbol.