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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Atlético de Madrid, pomposo

2016-09-30 | Luis García
LUIS GARCíA
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No tengo la oportunidad de transmitir con la frecuencia que me gustaría partidos de mi amado Atleti, pero el miércoles tuve la enorme fortuna en la Champions League, y los recuerdos se agolpan en mi cabeza y corazón sin reparo.

Todo lo que tenga que ver con este saleroso club me maravilla en todo sentido. Máxime ahora que, después de haberse colado por la puerta de la cocina, está bien sentado en la mesa principal con los colosos de Europa.

Me resulta imposible olvidar lo feliz que fui durante dos años en esta institución, el haber estado bajo el comando tuyo, Luis Aragonés, fue un privilegio. Coincidir con fabulosos jugadores, pero mejores personas como ustedes, Futre, Donato, Abel, Manolo, Solozábal, Schuster, Vizcaíno, Moya, Sabas, Toni, Juanito, Alfredo, Tomás, López, Diego, Pedro, Kiko, Kosecki, Aguilera y demás, fue memorable.

Cambiarme un sin fin de ocasiones en el vetusto vestidor del Vicente Calderón fue un honor, así como recorrer sus pasillos y recovecos. Haberme impregnado de la cultura atlética y del sufrimiento del ‘Pupas’ fue de esas sensaciones que no se me extinguirán nunca. Haber generado una buena relación con la caliente, colorida y cálida barra del Frente Atlético fue también extraordinario.

En fin, cualquier cosa que huela o tenga que ver con el Atlético de Madrid para mí es como religión. Y observarlo hoy, en la cima del mundo, me llena de orgullo y gusto. El partido que se mandaron ante el Bayern Munich es una de las exhibiciones más redondas que han brindado en la época contemporánea y eso que han estado en instancias de mucho mayor envergadura.

Ya todos conocemos tu severidad, Diego Simeone, cuando se trata de la generosidad en el esfuerzo, el sacrificio no se debate, es una marca registrada de tu gestión, pero ante los alemanes observé una dualidad fabulosa que hacía mucho no veía en un tu equipo. Ya se sabe de la dificultad de poder establecer un sistema de juego, convencer y educar a los futbolistas, no importa la procedencia u origen, de cumplir ciertas normas para implementar una forma de jugar a la pelota no es un tema menor.

Pues bien, el Atlético de Madrid ante el Bayern Munichnos mostró una versatilidad pocovista en las magnas entidades del futbol mundial. Cuando debió defender a ultranza, lo hizo con la pulcritud que se le conoce. Son como un armónico ballet que se desplaza con soltura y ferocidad a la vez. Cuando deciden apretar o replegarse lo hacen fusionando las once mentes y almas hasta parecer una sola persona, es increíble lo que hacen.

Pero cuando tuvieron que quitarle el control del juego a los alemanes, mediante la posesión de la pelota, lo hicieron sin el menor problema. Cuando tipos de la categoría de ustedes, Gabi, Ñíguez, Koke, Carrasco, Griezmann y Torres deciden asociarse y jugar, son capaces de montar un estético espectáculo que podría ser envidiado por los mejores clubes del orbe. Lograron atender bien ambas vertientes del juego, siendo lo mejor que las alternaban con suma frecuencia.

Hacía mucho no veía a un equipo manejar con tal facilidad el ataque y la defensa con la misma eficacia. Poseen una cualidad sobre los demás, saben sufrir, su relación con la aflicción es notable y no les inmuta, mientras otras organizaciones no saben convivir con el dolor, el Atlético de Madrid es un maestro en esta cuestión.

Insisto, se me infla el pecho al observar como esta madrileña entidad ha crecido, como ha subido honorables escaños y como se ha situado sin desentonar en la realeza europea. Hoy, el famoso Neptuno, localizado en la Plaza Cánovas de Castillo, ríe más fuerte y plácido que nunca.

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