Aventuras

Se habla de tu nuevo traspaso al futbol inglés, irás de vuelta a casa, a ese paraje en el cual desde las sombras fuiste dominando hasta convertirte en una notoria irrupción goleadora. La Premier League atemoriza por su pluralidad, poderío y complejidad, pero tú durante tu primera estadía la convertiste en un lugar entrañable y nada hostil.

Tu excelsa carrera futbolística ha estado matizada por notas altísimas y por algunas notas bajas que al final siempre logras musicalizar con armonía.

En cada ocasión que he decidido escribir o hablar de ti, me refiero a ese instinto letal que desde la cuna traes, a esa indomable habilidad de hacer las áreas ajenas como si fueran tu hogar, de ese brutal conocimiento de tus compañeros de equipo por más extraños que estos sean estableciendo sociedades que maximizan tus capacidades.

Eres un centro delantero descomunal, un goleador de cepa, de estirpe, inclemente con las redes enemigas y con los sentimientos de tus oponentes.

Pero ahora quiero destacar otra de tus virtudes, y esta no descansa ni en la cancha, ni en el vestidor, pero sin duda no es menor. Y es tu inteligencia y desarrollado sentido para identificar con meridiana claridad cuando debes cambiar de embarcación. A la distancia percibo, no te conozco más que de verte jugar de corto, que sabes perfectamente cuando tu futuro inmediato ya no es tan halagüeño y necesitas cambiar de entidad. Es como si cada determinado tiempo necesitaras una especia de depuración, de renovación, una mutación de piel que se te da de manera natural, sin forzarla, sencillamente es parte de tu avanzada genética.

Quitando tu salida del Real Madrid que no decidiste tú, en las demás has sido el cabecilla de las negociaciones, y tú has elegido a dónde y cuándo emigrar. Has estado en total control de tu andar, y no es nada común, sé que tu familia ha sido piedra angular en este luminoso trayecto. Y con este tipo de meditadas resoluciones elevas y ponderas la figura del futbolista profesional, y más la del mexicano, ya que no solamente se necesita ser un personaje capaz y eficaz en los campos de juego, la intuición y destreza para negociar son esenciales para ir solidificando cualquier carrera. Como muestra es que te aseguras que cada nuevo entrenador que te va a dirigir esté convencido de tu valía, que él sea quien te pida, sabes de la importancia del aval del director técnico, cosa que con el croata Slaven Bilic lo tienes asegurado.

También hay que decir que difícilmente alguien no te quiere en sus filas cuando les garantizas una bestialidad de goles por temporada. Te gusta tomar riesgos, pero dichos riesgos están controlados, pase lo que pase en tu nuevo club, tu carrera pasará a la historia como una de las más rimbombantes de nuestra nación.

Llegas al West Ham United, añejo e histórico club, nada más 122 años lo contemplan, y aparte en la fascinante Londres, ciudad que vive en otra dimensión. De ahí surgieron futbolistas de prosapia como ustedes Frank Lampard, Rio Ferdinand, Joe Cole, Michael Carrick y qué decir del ícono Bobby Moore, capitán de la selección inglesa Campeona del Mundo en 1966 y comandante durante más de una década de los Hammers.

La institución posee profunda tradición, y también es peculiar ya que tú Steve Harris, bajista de Iron Maiden, anduviste ahí también desparramando talento tras la pelota. La única espina en tan lindo escenario es que la gente de la Premier League tiene enormes expectativas de tu desempeño, el recuerdo que tienen de ti es pomposo, y estarán con la ilusión que repitas la mágica fábula del pasado.

La bronca es que a diferencia de lo vivido con el Manchester United, con el West Ham United las porterías te van a quedar ligeramente más alejadas. Pero te has encargado de manifestarnos con suma claridad y contundencia que eres un necio en romper paradigmas, que cada obstáculo que se te cruza en el sendero lo destrozas y sales fortalecido.

Por último, quiero resaltar que te observo en un periodo de tu vida deportiva en donde el disfrute y el divertimento ha tomado un sitio medular. Llevas mucha vereda recorrida, con múltiples y sublimes alegrías, y algunas amarguras, pero insisto con que te noto disfrutando y, sobre todo, siendo consciente de tu odisea, y eso es invaluable, y nada sencillo de conseguir.