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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Colofón

2018-07-13 | Luis García
LUIS GARCíA
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Tenemos Final en Rusia. No soy de apostar, pero estoy cierto que los mejores apostadores del planeta ni cerca predijeron que serían los elegantes y poderosos franceses en contra de los bravíos y aventurados croatas quienes dirimirían la Final de la máxima fiesta de la pelota.

La romántica historia que gestaron los de Croacia es digna de toda loa, una selección que ha logrado domesticar su anarquía, si bien siguen abrazados a su briosa estirpe y raza, han conseguido encauzar su desbordada locura en pos del bien común. Han hecho una fusión de descomunales músculos; han jugado tres prórrogas, dos con penaltis incluidos que alteran aún más el cuerpo, con seductoras maneras de consentir a la pelota.

Tú, Luka Modric, eres un genio discreto, de esos hombres que en la frecuencia de buenas decisiones y en la simpleza encuentran su mejor versión, pero hacer referencia en exclusiva a tu magia sería cruel con tus alados compatriotas.

El más rimbombante de esos finos escuderos, sin duda, eres tú, Ivan Rakitic. Tus aportaciones son medulares, si bien las haces desde la sombra del pequeño 10 croata, sin ti la maquinaria estaría acéfala.

Y si seguimos revisando puesto por puesto, zona del campo por zona del campo, nos vamos a topar con una Croacia brutal, por ejemplo, tú, Ivan Perisic; te saliste ante los ingleses, tomaste la estafeta de jefe, la hiciste tuya y con tus imperiales corretizas te convertiste en el mejor hombre de los tuyos en la última gesta. Lo acompañaste en dicha labor con garbo, tú, Mario Mandzukic; el instinto que manifestaste en tu gol ante Inglaterra asustó, tu arranque fue despavorido, con una fuerza de un miura, pero la definición de un colosal artista, de bote pronto con la parte interna del botín izquierdo, una mezcla de poderío y técnica para concluir la majestuosa obra de arte que fueron forjando durante los 120 minutos de juego.

En esta ocasión, tú, Danijel Subasic, no fuiste tan providencial, aunque le sacaste un remate a Harry Kane de manera inverosímil, pero durante las dos eliminatorias pasadas fuiste el héroe atajando cinco penaltis.

Y lo que ustedes dos, Ante Rebic y Marcelo Brozovic, han jugado este Mundial es absurdo de lo sensacional que ha resultado. Dos futbolistas con escaso glamour que escogería siempre para jugar de mi lado.

Lucen como superhombres en búsqueda de presas nuevas a las que desafían de diversas maneras, incluso en varios de los combates han estado por debajo en el marcador, dicha amenaza no los ha inmutado en lo absoluto, tienen clara su meta. Son un grupo con autogestión, tú, Zlatko Dalic, has sido lo suficientemente inteligente y buen director de orquesta para no entorpecer las reglas que tus futbolistas se han establecido entre ellos; conocemos múltiples casos de entrenadores que con tal de aparecer toman resoluciones que van en contra de los sociedades que los jugadores establecen dentro de la cancha, tú no; tú has hecho que prevalezca la sabiduría de una Selección añeja, que lleva tiempo caminando erguida.

He leído por ahí cómo entender que hace cuatro años la Selección Mexicana los eliminó en Cuartos de Final, qué sucedió en el camino. No es la cantidad de habitantes, China es el que más tiene y no se paseó por Rusia, la clave es que en el horizonte de los futbolistas croatas están clubes de la talla del Real Madrid, Barcelona, Inter de Milán, Liverpool, AC Milan, Atlético de Madrid, Eintracht Frankfurt, Mónaco y algunos más, entidades de mayúscula envergadura en donde la mayoría son figuras de sus clubes, a diferencia de los mexicanos que circundan en clubes de baja estatura europea y ni siquiera son titulares.

Del otro lado, Francia, una selección redonda, poderosa, orgullosa y presumida a la vez de su multicultural origen, ese mismo factor que hace algunas Copas del Mundo los destrozó, hoy es una de sus más mortíferos argumentos.

Los franceses han exhibido una evolución por encima de todos los demás en este campeonato. Empezó como un equipo desabrido, incluso lucía torpe en sus formas, pero fueron pasando las contiendas y se fueron armonizando, fueron fluyendo, fueron creciendo en todas las aristas y, ahora, no sólo ganan, aplastan, ya sea desde la trinchera de lo físico, no existe agrupación nacional con mejores argumentos físicos, así como desde la trinchera de lo estratégico.

Son un equipo camaleónico, capaces de adaptarse a cualquier circunstancia o rival y lo consiguen sutilmente, no sufren cuando se mimetizan con las necesidades presentes.

Es una selección que nos ha ido presentando diferentes armas en cada partido que juega y cuando da la impresión que no poseen nada nuevo que enseñar, se las apañan para sacar de su arsenal una nueva arma de mayor potencia aún que la del partido anterior.

Las falencias de ambos representativos son las siguientes: lo de Croacia pasa por el asunto del desgaste, debido al alargue en sus tres últimas reyertas, así como un día menos de recuperación en relación con los galos, el tema físico no es menor, durante el primer tiempo ante Inglaterra se les percibió con las piernas pesadas.

Por su parte, los franceses tiene en su limitados revulsivos su probable perdición, su once titular es una delicia y perfecto, pero en el banquillo no cuentan con elementos que monten una debida revolución cuando las cosas no ruedan en favor, los Fekir, Dembelé, Nzonzi y Tolissó son buenos para dar continuidad a lo que está sucediendo, no para revertirlo.

Pero fuera de las naturales fallas que todo equipo tiene, será una Final fascinante, llegaron los dos mejores del campeonato, nadie llega a esta instancia por casualidad, están los dos más notables y eso hace que todos estemos más felices.

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