Copa MX, escarpas

Listo el capítulo final de la Copa MX, la cual sigue siendo perfectible en su formato, es tediosa en la fase de grupos, y toma cierto vuelo rumbo a las instancias definitorias.

El premio, de ser fabuloso como la posibilidad de jugar la Copa Libertadores, pasó a ser una prima económica; nadie está peleado con el dinero, pero la relevancia de la recompensa por ser campeón decayó grotescamente.

Vamos con los caídos en Semifinales. Cruz Azul, resulta inentendible su capacidad de vincularse con los tropiezos, arrastran una especie de malaria que parece emana de otra dimensión y otra vida.

Todo lo malo imaginable les sucede y las cosas en la vida no solamente suceden, en su mayoría uno las provoca. Han llegado al punto de empezar a generar compasión por su amarga situación, nadie disfruta observarlos sufrir en demasía, y no me refiero a los propios, me refiero a los ajenos.

Cuando los proyectos sufren turbulencias severas como es su caso, la cabeza máxima del vestidor es la más suculenta y se pide la misma sin misericordia alguna. Yo sigo creyendo lo contrario, tú, Paco Jémez, debes permanecer al mando del barco, incluso, no se te debería dejar ir hasta que recompongas el rumbo y aclares el horizonte, aunque te tomes el tiempo que te tomes.

Cruz Azul normalmente apuesta por entrenadores de círculos conocidos, pero por fin se decidió aventurarse, explorar lo desconocido, salirse de su zona de confort, ahondar en otras latitudes; es por ello que dar un paso para atrás en este instante, a mi entender, sería equívoco y absurdo, y sin pretender ser adivino, estoy cierto que al cabecilla español no lo moverán.

El otro que cayó fue Monterrey, y lo hizo de forma triste. No se puede pretender jugar al balón 20 minutos y después acompañar el juego, fueron cómplices de su derrota por no pugnar por la iniciativa después del gol de Rogelio Funes Mori.

A pesar de tener cuatro mosqueteros de altísima envergadura en la parte de adelante, el Monterrey posee una profunda falencia, no cuenta en sus filas con un mediador, un futbolista que entienda que no se puede jugar siempre a mil kilómetros por hora y de manera vertical, que conduzca y alterne los ritmos y las velocidades.

El miércoles durante la transmisión del juego lo noté, e inmediatamente me acordé de hace algunas semanas cuando estuve charlando contigo, Antonio Mohamed, en el fastuoso estadio que tienen, y me hablaste sobre esa puntual situación.

Con preocupación me señalaste que tu plantel necesita un personaje que fusione y matice la velocidad con la cadencia para maximizar las enormes virtudes ofensivas con las que cuentan. Me gustó que asumiste tu responsabilidad sobre el cruel tropezón, siempre has sido un tipo a carta cabal que no anda buscando culpables fuera.

Pasemos con los victoriosos. Monarcas, usando un plantel alternativo durante toda la competición copera, vuelve a instaurarse cercano a la gloria. Esta entidad no tiene un enorme historial de campeón, tiene una Liga MX, y no hace mucho le ganó al Atlas la Copa MX, por ello lo conseguido tiene gran valor ya que en su genética no está tan definido el ganar campeonatos. Su bronca inmediata tiene que ver con la planeación, se les vienen varios bravos partidos con frecuencia de dos a tres días, sabemos que históricamente a los clubes mexicanos les duele una enormidad atender compromisos a mitad de semana, máxime si deben luchar por librarse del averno.

Y por último Guadalajara, que ha gestado un proyecto deportivo serio, sensato y visionario; su construcción ha sido gradual, bien pensada y sólida, no se les perciben fisuras de ningún tipo. Poseen un plantel vasto, con recambios que funcionan como si fueran titulares, y tienen en ti Matías Almeyda a un formidable sensei, a un perfecto mentor, la manera en cómo has logrado establecer una salubre competencia interna no es un tema menor. El único pero es que son una cofradía joven, la sabiduría viene con el tiempo, con el andar, éste fascinante grupo necesita rodar un poco más para ser el verdadero mandón del futbol mexicano. Pues bien, tenemos final de Copa MX y aunque es la cruzada menor de la pelota en México, el ceñirse dicha corona no puede ser desestimado desde ninguna arista.