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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Desbarajuste

2017-07-25 | Luis García
LUIS GARCíA
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Selección Azteca

Otro triste episodio para la Selección Nacional, y sin duda malos episodios los tienen todas las selecciones, pero la frecuencia de los mismos en la cofradía nacional es lo alarmante. 

Ha sido un verano dantesco en todos los sentidos, la Mayor fue atropellada en Rusia, y la alternativa nunca se consolidó ni jugó cercana a su techo. Esta película ya la hemos visto múltiples ocasiones, una cosa es lo que nos gustaría que sucediera, y lo otro es lo que realmente sucede.     

Desde que recuerdo, la Selección vive en crisis, no es nada nuevo, la bronca es que nunca se han propuesto ni establecido sensatas enmiendas revisables cada determinado tiempo para su adaptación a las circunstancias y necesidades reinantes acorde a la época. No, la burda solución es mandar todo al averno y empezar de nuevo, y así nos hemos convertido en los reyes de las iniciaciones, podríamos armar un manual de cómo iniciar proyectos y cómo destazarlos en un minúsculo espacio de tiempo, sin duda sería un ‘best seller’.  

No sé por qué, basado en qué teoría, creemos que poseemos un futbol que circunda en elevadas dimensiones. Con grosera facilidad se esgrime el gastado argumento de que se tienen muchos jugadores apostados en Europa, por cierto, ninguno en un club de élite. Recurrimos a la poderosa infraestructura deportiva que se tiene y la cual compite con lo mejor del orbe, así como a las fabulosas comodidades para los futbolistas tanto mexicanos como foráneos que viven en la Liga MX. Siempre vamos a los Mundiales, siempre nos ilusionamos con el quinto partido, y siempre tropezamos con una brutal realidad, simplemente somos animadores de las Copas del Mundo, no más.   

Vivimos en la inopia deportiva, y merecemos vivir en ella porque no hemos hecho nada distinto, nunca, siempre utilizamos el mismo sendero. ¿Cómo carajo esperamos resultados distintos si venimos haciendo lo mismo hace más de tres décadas? Tampoco creo en las soluciones inmediatas, el confuso adagio señala que para situaciones desesperadas, medidas desesperadas, me podrán tildar de loco, no me inmuta, la actual situación no es desesperada, sencillamente es la misma de siempre. La única diferencia estriba en el cabecilla, en esta nebulosa ocasión eres tú, Juan Carlos Osorio, quien eres blanco del desprecio del medio futbolístico mexicano. Innegable que te has equivocado, que te has abrazado con tal devoción a tu método que ha congelado a varios jugadores que no entienden ni qué pasa, menos entienden cómo salir del atolladero. 

Tengo casi 50 años y me tardé mucho tiempo en bajar la guardia, en ser más flexible, menos estricto, y considerar otros pensares, estoy cierto que tú debes hacer lo propio. No pretendo confrontar tus ideas, eres un hombre estudiado, no eres ningún improvisado, y tus maneras han tenido éxito en otros parajes, si no hubieras triunfado en otros banquillos no habrías llegado a México, y aquí también has rozado la felicidad. Es un buen momento para que hagas una pequeña pausa, que respires profundamente, que reflexiones, y sobre todo que matices tu método, necesitas hacerlo más dúctil, a tu ordenada libreta le debes agregar algunos inentendibles garabatos, estoy cierto será sano. Vas a estar en Rusia 2018, de ese barco no te baja nadie, pero da la impresión que es un buen periodo para suavizar tu doctrina. Ahora, pretender hacerte el malo de la película, el villano más grande que ha pisado suelo mexicano, me parece una torpeza, típica de nuestra nula capacidad de análisis. Nunca entenderé ni compartiré que en el futbol, un deporte que involucra muchas voluntades, cuando se gane sea responsabilidad en exclusiva de uno, y cuando se pierda lo mismo, no me lo creo, y no va.   

La Selección Azteca que fue a la Copa Oro está sumamente sobrevalorada, la supuesta generación que deberá ser el sustento en los años venideros, durante esta mediocre prueba exhibió una inmadurez de espanto, se dedicaron como buenos soldados a seguir un guion, cuando el enclenque torneo les permitía salirse del guion, ser aventurados, ser osados, cometer locuras, pero no, decidieron ser correctos, así les fue. Y la Selección Mayor también está sobrevalorada, por un desquiciante afán de triunfo se les ha colocado en un pedestal en el que muy pocos merecen estar, repito, muy pocos. 

Los futbolistas son también culpables de esta malaria, no podemos dejarlos fuera de las responsabilidades, suena a cliché, pero no lo es, el filtro de llegada a la Selección Nacional es inexistente, no existe severidad para seleccionar sin importar nombre, apellido y jerarquía. También entiendo que la máxima potestad que posee un entrenador nacional, y si no la tiene o se la coartan se tiene que largar, es la de convocar y poner a jugar a quien le venga en gana, eso viene en el perfil de su puesto. Pero de que se pueden establecer severos parámetros para ser seleccionado nacional, de eso no hay duda, es más, es urgente que se implementen. La solución, o soluciones para reencauzar el proceso actual, no son fáciles de encontrar, y menos aún, de ejecutar, pero también creo que otro proceso cercenado sería la peor resolución posible.  

A la distancia y dentro de la ansiedad que provocan malos resultados y agrestes tropiezos como ante Jamaica, percibo a los dirigentes de la Selección Nacional sin telarañas en la mente que pongan en riesgo tu continuidad, Juan Carlos Osorio. Lo que sí necesitan inmediatamente es encontrar a un personaje de futbol para que ejerza el puesto de director deportivo, un hombre con el cual el cuerpo técnico debata las ideas, contrapongan las mismas y se cuestionen decisiones. Y la elección de esta dignataria personalidad no puede descansar en baratos amiguismos directrices, y mucho menos debe ser avalada por los jugadores como se pretende. Se necesita una redonda figura con total libertad de acción y potestad de decisión que no esté sometido a rupestres cotos de poder que durante años han asfixiado a esta Selección. 

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