Discusión de doctrinas

El salubre ejercicio que se vivió el miércoles en un hotel del aeropuerto de la CDMX en donde se reunieron rimbombantes personajes de la Asociación Mexicana de Futbolistas con dirigentes de la estatura de Yon de Luisa, Enrique Bonilla y Guillermo Cantú, me hizo reflexionar sobre la obligación de debatir las ideas por más contrarias que éstas sean. Penosamente en nuestro país no solemos debatir las ideas, solemos imponerlas, solemos juzgar al de enfrente y a quien piensa diferente a mí, solemos señalar cuando alguien no es de tu equipo. El malogrado debate chilango fue un perfecto ejemplo de lo anterior, el simple hecho de pretender creer que un solo ente posee en exclusiva las llaves de la plenitud y solución a endémicos males provoca escozor y asco. La inhabilidad de establecer propuestas o alternativas fue patente, y un simple recordatorio de la complejidad que tenemos para discutir la ideología y no al personaje en cuestión. El domingo sin duda veremos otro remedo y esperpento de debate, ahora presidencial, en donde los sombrerazos, descalificaciones e insultos serán absurdamente constantes, aun así estoy convencido debemos observarlo con detenimiento.

Regresando a la pelota, me encantó saber que futbolistas y directivos se sentaron a una mesa, expusieron su sentir, dejaron en claro sus inconformidades, se escucharon, entendieron que ninguno posee la verdad absoluta. Identificaron que en cualquier negociación resulta imposible llevarla a buen puerto si no se cede, una buena negociación depende que ambas partes lleguen a un consenso, aunque en ciertas partes del acuerdo no estén completamente satisfechos del mismo, pretender que cada una de las cláusulas o puntos que se llevan en la agenda se cumplirán a rajatabla es una torpeza y una demostración de angosta mente. Siempre he reconocido en ti a un hombre a carta cabal, inteligente e integro Álvaro Ortiz, eres un tipo que ha ‘perdido’ el tiempo en prepararse más allá de la cancha, desde que jugamos juntos en Chivas, tu necedad por pegarle a los libros no era común, y tu actual e innovador bagaje académico no es nada normal en el mundo de la pelota en nuestra nación. Has puesto en marcha un perspicaz movimiento, que descansa en la sensatez de exponer inquietudes y buscar salidas que tengan un beneficio común, tú y tu gente no buscan la pelea, no les interesa subirse al ring sin sentido, lo tuyo y lo de tu grupo radica en un a veces impensado ganar-ganar.

Y hablando de movimientos con causa, y con sensibilidad, ayer tuve la enorme fortuna y privilegio de ser invitado por ti, la famosa ‘Wera’ Kuri, a una sana iniciativa denominada ‘Juguemos Igual’, la cual consiste en señalar con elegancia, educación y suma contundencia la desigualdad que existe en los salarios percibidos entre el futbol profesional femenil y el varonil, yo diría alarmante diferencia. Lo que me encantó de participar en tan noble iniciativa es que con total afectividad se busca señalar dicha cuestión, no se pretende enardecer el burdo choque de géneros, lo que pretende es hacer del conocimiento de toda la gente posible la grosera disparidad, y buscar soluciones a tan grave problemática. No se trata de señalar ni de culpar ni de hacer menos a nadie, sencillamente es poner en la agenda de aspectos a analizar, mejorar y corregir, una real y atroz discrepancia, y qué mejor que la pelota para expandir tan digna necesidad y mensaje. Debatamos las ideas, no debatamos a las personas, propongamos soluciones en donde exista un beneficio común, no particular. Esta semana se vivieron un par de sanos movimientos en tan necesario sentido, en donde la sensibilidad y la inteligencia emocional fueron básicas para concretarlos, insistamos en ese luminoso sendero, no claudiquemos.