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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Elías Hernández, florecer

2018-08-24 | Luis García
LUIS GARCíA
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Tuve la enorme fortuna de conocerte hace varios ayeres, en tus inicios en Monarcas. Si no mal recuerdo, fueron tanto Roberto Hernández, Hugo Hernández y Ricardo ‘Tuca’ Ferretti quienes se pusieron necios en que estábamos en presencia de un notable joven, tanto así que en alguna ocasión el buen ‘bigotón’ te quiso llevar por todas las maneras a Tigres, en ese momento como directivos de Monarcas, nos negamos rotundamente, al club felino llegarías años después.

Darío Franco te dio puntual seguimiento y te dio entrada en el máximo escenario, y desde ahí has venido evolucionando palpablemente, con tus naturales altas y bajas, estas últimas durante tus pasajes en Pachuca y Tigres. Hoy cuentas con tres décadas de vida, un respaldo medular de una prolífica carrera, un largo y salubre recorrido, en casi todos los sitios siendo titular, es decir, eres un jugador maduro, adulto, como dicen de los buenos toreros, agarraste sitio, y hoy lo expresas sin pudor alguno en el renovado Cruz Azul.

Eres un futbolista con habilidades poco comunes, le pegas a portería con una facilidad que espanta, pero más espanta el porcentaje de efectividad de tus tiros a gol, con lo anterior me refiero a que en su mayoría llevan dirección de portero, insisto, aspecto extraño en el futbol mexicano. Tienes gol y asistencia de gol, envidiable combinación para cualquiera que se calce unos botines de futbol. Tu espada mortífera es tu solvente técnica individual, eres amigo de la pelota y ella lo sabe.

Tu otra esencial arma es la inteligencia, eres de los que piensa el juego, no sueles cometer torpezas, identificas lo que necesitan los tuyos, lo que le duele a los oponentes, y lo mejor, sabes con meridiana claridad qué te conviene a ti. Vas montado en primera clase de un ferrocarril azul que luce insostenible, te trajeron como solución, como figura, como parteaguas, y hasta el momento el puesto y las exigencias no te han hecho mi media mella.

Da la impresión que durante el pasar de los años fuiste construyendo un invisible escudo, el cual hace que los dardos externos se estrellen en el mismo sin generarte heridas. Te veo plantado, altivo, no confundir con presunción, te sabes capaz y lo haces patente con los pies y con la boca.

En relación a esto último, exactamente al uso de la palabra, leí unas declaraciones en relación con tu estadía en la Selección Nacional, en donde responsabilizabas a Juan Carlos Osorio de tu exclusión del Mundial en Rusia. Y lo refieres a que no te puso en tu demarcación, que te obligó a jugar por dentro más de lo que a ti te hubiese gustado.

Soy un absoluto creyente que el futbolista mexicano debe hablar más de lo que lo hace actualmente, debemos conocer más de sus inquietudes, molestias, sueños, opiniones, sobre el juego, y a mí me gustaría que lo hicieran sobre otros tópicos también, poseen la injerencia para hacerlo. Pero también soy un furibundo creyente que deben hacerse responsables de sus falencias, la poderosa investidura de futbolista profesional no los convierte en inmunes ante los errores, y querer culpar al de enfrente no lo comparto.

Tengo mala memoria, estoy senil, pero me tocó comentar varios partidos de la Selección en donde jugaste por fuera, en tu posición natural, y no alcanzaste el mismo brillante nivel que lo hacías en tus clubes de origen. No digo que te quedaste sumamente rezagado, pero a diferencia de tus equipos en los que levantabas la mano y eras, y eres el guía, el líder, con la playera verde fuiste un lindo complemento, pero complemento al fin, y aparte la competencia era brava.

No soy ejemplo de nada, pero los dos mejores goles en mi historia con el balón que fueron ante Irlanda en la Copa del Mundo USA 1994, los hice jugando como extremo derecho, la presencia de Hugo Sánchez y Carlos Hermosillo como centro delanteros hicieron que jugara pegado a la banda derecha, y nunca fui capaz de desbordar ni a un cono.

Uno debe rebuscarse la vida, tú lo has hecho un sinfín de ocasiones con brutal éxito. Creo que con el representativo mexicano mayor no lo hiciste acorde las demandas, por ende no comparto que la culpa de tu exclusión en la lista final haya sido del colombiano.

Por tus 30 años estás más cerca de la puerta de salida que la de entrada; desde ningún punto pretendo retirarte, te pueden, y te deben venir varios años fabulosos. Estás en una deliciosa posición para concluir tu muy buena carrera, con un cerrojo digno de los grandes, parece así lo has entendido y estás empeñado en erguirte como uno de los mejores de la competencia, y desde el escaño de tan importante entidad como Cruz Azul el envión rumbo a la recta final podría ser sublime.

No te quiero contar, creo que no hay necesidad de hacerlo, que si logras, y logran, un título de Liga, la resonancia sería planetaria, y tu leyenda, actualmente ya conocida y por varios personajes con intentos de emularla, la llevarías a sitios insospechados, que así sea Elías, que así sea.

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