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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Genio

2015-10-08 | Luis García
LUIS GARCíA
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Hace unos días tuve la enorme fortuna de sentarme contigo y poder charlar de tu vida, de tu pensar y de tu deporte, y salí gratamente sorprendido y a la vez fascinado por toparme con una mujer determinada, exitosa, revolucionaria y visionaria. Inclusive, descubrí a una mujer de risa fácil, ocurrente y simpática.

Uno de los temas en el cual descansó nuestra tertulia fue tu enfrentamiento con Alfredo Castillo, personaje con quien difieres en conceptos básicos de tu disciplina y no tienes el mínimo recato en hacérselo saber a él directamente y también a la opinión pública.

La mayoría de las autoridades deportivas en México, de cualquier índole, no saben lidiar con el deportista pensante, están tan acostumbrados a la sumisión del deportista que cuando alguien levanta la voz, no saben cómo reaccionar y los suelen acusar de insurgentes.

Algo así te sucede a ti Aída, pero para mala fortuna del dirigente en cuestión eres de convicciones firmes, máxime cuando se trata de defender tu parcela y a los tuyos, por lo que tu voz no será callada ni tus argumentos doblegados.

Tus inquietudes y desacuerdos radican en que tu mente y alma deben estar enfocadas en todo momento a tu profesión, eres una brutal defensora de los tiempos y las formas de entrenamiento, cualquier cosa que pretenda interferir con tus horas de entrenamiento te desquicia, y tu actual jerarca en la Conade parece que no lo tiene tan claro, de ahí que se desprendan algunas torpes invitaciones procurando insulsas convivencias.

Me contabas que esta naturaleza revoltosa e inquieta que tienes proviene de tus padres, ambos maestros, ambos docentes, eres otro ejemplo más que la educación y la formación de nuestros hijos, niñas y niños es el único camino para salvarnos de tanta podredumbre. También le atribuías a tu férreo temperamento el lugar donde naciste, la colonia Morelos, barrio que te enseñó a subsistir y que te brindó la fantástica lección de defender tus derechos y pensamientos, aspecto que vienes haciendo mediante el arco, con el que eres una artista, y sin él.

Charlamos sobre tus estudios, actualmente cursas la carrera de psicología en la UVM, carrera que mantienes por el momento en pausa hasta que pasen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el próximo año.

Por obvias razones tocamos el tema de tus múltiples éxitos, lo pesado de tu preparación, la atención a los finos detalles que implica la diferencia que la flecha se dirija al punto adecuado o se vaya a cualquier parte.

Me confiaste el calvario que fueron tus primeros Juegos Olímpicos, riéndote me decías que sufriste durante el mes entero previo al magno evento, y también me señalaste cómo cambiaste tu mente y creencia para Londres 2012, decidiste divertirte y así de bien te fue.

Profundizaste sobre la técnica de tu deporte, me expusiste que la coreana para ti es la mejor, pero también me mencionaste con contundencia que en un futuro, ya retirada, te gustaría encabezar la fundación de una sólida escuela nacional de tiro con arco y seguir desarrollando una técnica propia que se adapte a la fisonomía del mexicano.

Me gustó tu claridad de ideas; me gustó tu severidad para darle cara a las tropelías; me gustó tu sencillez; me gustó tu profundo conocimiento del deporte y sus necesidades; me gustó tu capacidad para visualizar el futuro; me gustó tu bravura bien encauzada; me gustó tu flexibilidad para adaptarte a las diferentes circunstancias, en fin me gustó mucho nuestra charla.

Descubrí a una mujer y deportista combativa, exitosa, ganadora, humana e inquieta, con gente como tú, sin duda alguna, existe esperanza para el deporte en nuestra nación. Mi querida Aída, desde el lunes por la mañana soy tu más ferviente fan, carajo.

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