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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Pináculo

2015-10-13 | Luis García
LUIS GARCíA
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RICARDO FERRETTI 

Desde que arribaste a la Selección Nacional estuviste en total control de las circunstancias, tus razonables e inteligentes peticiones para tomar la lastimada agrupación fueron imposibles de negar. No se puede obviar que apareciste en un momento agrio y de suma confusión, por lo que tu oferta fue un maravilloso salvoconducto para intentar encontrar claridad.

Hoy después de la gesta conseguida ante Estados Unidos, tu risa se ensanchó un poco, no eres de los hombres que gusten de vacías y baratas alabanzas, pero se te percibe feliz, pleno, redondo. Y la realidad es que así estabas antes de llegar al representativo mexicano, eres un personaje que sin poder abstraerte de la diaria exigencia, disfrutas tu trabajo, las altas y las bajas las manejas con tal elegancia y calma que da envidia. El triunfo ante el odiado rival en Pasadena logró que celebraras y hasta levantaras los brazos en son de triunfo, una autoritaria y justa conquista sin duda. 

Eres un tipo agradecido, y cuanta falta hacen tipos así en nuestro futbol, no te embelesas tan fácilmente con cuestiones mundanas ni te extravías en el camino. Tu andar es erguido, sólido, sin prisas, tal y como recorres cada partido la distancia entre el túnel de los vestidores y el banquillo, tomando en cuenta que tu operación en la cadera te hace caminar más pausado, pero eso te hace ver inclusive todavía más jerárquico. 

Me gusta observarte contento, lo mereces, eres un caudillo digno de todas las loas posibles, tu cercanía con lo pragmático es una de tus mejores bazas. A la distancia te diviso satisfecho con quien eres y con lo que has logrado, te imagino sentado en el sillón de la sala de tu casa en solitario reflexionando sobre tu larga carrera y sonriendo recordando añejos pasajes de tu transitar como entrenador, sumamente gustoso de tus recuerdos y también de tu luminosa actualidad. No pretendo pintarte como el hombre perfecto, no lo eres, nadie lo somos, sencillamente me resulta muy grato verte triunfar, verte ganador, verte exitoso, insisto cuando hombres como tú trascienden, se vuelven referencia, y eso en un entorno tan nebuloso es esencial para la supervivencia del mismo. 

Ante USA diste cátedra de cómo plantear un duelo de alto riesgo, desde la alineación inicial que aventaste, en lo particular me generó dudas cuando decidiste colocar tres centro delanteros juntos. Vaya paradoja, en esta audaz propuesta descansó mucho del amplio dominio que tuvieron los tuyos, nunca lograron maniatar a los tres ofensores nacionales, generaste una brutal desorientación en las huestes de tus oponentes. Y cuando la estrategia y la táctica no fue suficiente te abrazaste a tu aguerrido instinto ofreciendo un célebre discurso cuando iniciaron los tiempos extras. ´ No podemos dar chance a estos cabrones, jueguen simple, sigan tocando, están muertos ´, tres memorables frases que todavía retumban y crispan los sentidos. 

Conociéndote hasta la médula las palabras altisonantes que utilizaste no fueron lanzadas demeritando al rival; siempre has sido respetuoso de la competencia, sencillamente te surgieron de las entrañas. El notable triunfo que consiguieron bajo tu comando; entendiendo que tus jugadores hicieron un partido que rozó la mejor versión en la época contemporánea ante el ácido oponente, tuvo fondo y forma, y cuando las maneras son atendidas el éxito posee mucho mayor profundidad. 

Ricardo, te felicito porque eres sumamente consciente de tu felicidad y de tu plenitud, no lo puedes ocultar, se te desborda hasta por los poros.

RAÚL GUTIÉRREZ 

Nada raro bajo el sol, estás acostumbrado a conseguir objetivos de manera natural y contundente, lo hiciste de nuevo amparado bajo tu serena forma de dirigir. Eres un docente natural, tú enseñas, y no solamente me refiero a las enseñanzas sobre cómo jugar a la pelota dentro de un campo de juego, sino el cómo comportarse fuera del mismo.

Les has mostrado cómo entender el juego y expresarlo en todas sus facetas con integridad y cacumen. Has logrado que un puñado de honrosos jóvenes se manifiesten con inverosímil madurez para su corta edad, y en los sobrios festejos cuando lograron el pase a Río de Janeiro se notó. 

Mucho tiene que ver la enorme cantidad de partidos que la mayoría tiene en la Primera División. En este mismo espacio he cuestionado la escasa atención que los clubes mexicanos le ponen a ser verdaderos proveedores de los diversos representativos nacionales, pero lo que hoy ha hecho Pachuca y Chivas en favor de esta Selección  Preolímpica es invaluable y digno de millones de aplausos. Dejaron de solamente atender su trinchera y decidieron formar futbolistas con dulces maneras y sólidas bases para ser aprovechados por otros. Añoro la fuerza de Pumas y Atlas en este rubro, me gustaría volvieran a sus bases y fueran otra vez esos salubres y constantes dotadores para las Selecciones, aunque en un futuro mediato estoy cierto no será así.

Mi compadre Antonio Rosique ha estado muy cercano a tu benemérita agrupación de jóvenes futbolistas, Raúl, y está encantado con ellos debido a la sencillez, humildad, conciencia y transparencia de cada uno de sus integrantes. Hemos sabido de dantescos casos de futbolistas mexicanos que por su nulo sustento formativo, intelectual y emocional creen que la Selección es un coto de poder. Pues bien, observando a este grupo que bien has conformado, uno se ilusiona que cuando lleguen a la Selección absoluta; y estoy cierto que varios no tardarán mucho en ser convocados, con las sanas lecciones que les has impartido empiecen a romper algunas malas practicas.

Celebro tu firme ascenso Potro, celebro tus frecuentes triunfos, celebro tu mesura y frescura, celebro tu claridad y rumbo. Estamos en presencia de un entrenador joven, mexicano y global, y eso es para vociferar con orgullo.

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