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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Próspero

2018-01-16 | Luis García
LUIS GARCíA
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Llevas cierto tiempo forjando tu legado con suma solidez, y lo estás haciendo de manera gradual, con total sigilo, el excesivo ruido no te gusta, no lo disfrutas, le buscas la vuelta.

A inicios de febrero apenas cumplirás 23 años, eres un irreverente escuincle con una coraza ya de adulto, casos redondos como el tuyo penosamente son exiguos. Hablar de futbolistas mexicanos jóvenes que son referentes, incluso figuras de sus clubes como tú, es un cuento de ciencia ficción en el futbol mexicano. Fuiste un habitual en categorías inferiores en los representativos mexicanos, fuiste un jugador fetiche del gran Raúl Gutiérrez, hombre con desarrollada visión y habilidad para detectar incipiente talento, protegerlo y darle continuidad. Contigo lo hizo, con el buen ‘Potro’ jugabas siempre, no importando las circunstancias, y desde ahí has ido fincando tu ascenso, que ha sido progresivo, por ende tu evolución ha sido más firme de aquellos que suben y bajan como cohetes a la luna.

Tu paso por Chivas también en categorías inferiores fue esencial en tu plausible odisea, no descubro nada al señalar que las Chivas son uno de los equipos con mejor formación en las entrañas. Y lo mejor que te pudo haber pasado fue que Pachuca se cruzara en tu camino, dadas tus resplandecientes capacidades no fue nada complejo que la entidad con mejor inteligencia y metodología deportiva de nuestra nación se diera cuenta que en ti tendría una linda, productiva y eficaz joya. Tu actual entrenador, Diego Alonso, fue otro de los directamente culpables de tu migración hacia Hidalgo.

Por obvias razones que jóvenes maravilla como tú no surgen de manera espontánea, los de Guadalajara te blindaron, posteriormente en la operación de tu compadre Rodolfo Pizarro ese blindaje se rompió y pasaste a ser parte definitiva de los Tuzos. Sitio en el que tomaste sin inmutarte la estafeta de la generación dorada encabezada por Lozano, Pizarro, Damm y Gutiérrez, y en la que no hace poco tú eras la parte más baja de la cadena alimenticia y hoy eres el león de la misma.

Tu palpable crecimiento se puede cotejar con tu agudeza, con la cual desempeñas diversas demarcaciones, tu pasada posición de segundo contención ha quedado relegada y ha tenido que dar paso a un futbolista total, a un futbolista que goza de explorar múltiples zonas del campo, a un futbolista que no le incomoda en lo absoluto transitar por el costado izquierdo o por el derecho, mientras existan parajes inhóspitos y vírgenes, ahí estarás tú con tu salubre inquietud para intentar conquistarlos. Uno de tus momentos cumbre fue en aquella Final de la Liga MX contra Monterrey, en la cual si la justicia no hubiera sido tan caprichosa, tendrían que haber perdido por amplio margen. Pero como el hubiera no se conjuga, apareciste de la nada, como un fantasma chocarrero y con un inesperado golpe de cabeza le diste un título a los tuyos. No sé si fue en ese preciso y sonoro instante, pero lo que es una lapidaria realidad, es que en la actualidad te vinculas con el gol de deliciosa manera.

Una de las cosas más fascinantes y de mayor relevancia en el lindo juego de la pelota es que un mediocampista cuente con el instinto de pisar el área del contrincante, aunado a una pulcra técnica para sacudir las redes oponentes. El valor agregado que le otorgan este tipo de jugadores a sus clubes es impagable, son aspectos que sin duda se entrenan, pero que residen mucho más en el talento que en la repetición mecánica, y tú eres un prócer en eso de aparecer en el área rival y definir. 

Recuerdo cuando tú, César Luis Menotti, nos hablabas de Romario, decías que el brasileño cada vez que entraba al área oponente se sentía en la sala de su casa, que el tipo iba al frigorífico, sacaba una cerveza, se la tomaba en pausados tragos y después remataba. No me atrevería a cometer la estupidez de compararte con una deidad del gol como Romario, pero sí me atreveré a señalar que tú, Víctor, exhibes una comodidad en el área enemiga poco común, incluso para muchos delanteros.

Otro de los tópicos en el que te has espumado de forma exponencial es en el físico, si bien no eres de una altura descomunal; característica que sigue y seguirá siendo tema de debate máxime que tú Juan Carlos Osorio le otorgas absoluta prioridad, pero tu crecimiento en masa muscular es notable. Te has convertido en un toro de Miura, cada vez que arremetes lastimas y mucho, no sólo compites y ganas apalancado en tu cacumen y entendimiento del juego, lo haces también amparado en tu brutal y compacto físico.

Eres un futbolista completo y eso que tu andar en estas lides está mas cerca de la entrada que de la salida. Tengo un buen amigo, que a su vez es un fantástico periodista, se llama Daniel Montes de Oca, que desde su trinchera digital y periodística es tu defensor de oficio y tu promotor, la cantidad de tuits que pone pidiendo tu llamado a la Selección Azteca mayor, rebasa por lo menos el 50% de sus publicaciones. El buen ‘Barra Brava’ no entiende al igual que yo que no seas parte activa y frecuente del representativo mayor.

El futbol mexicano, incluyendo los mediocampistas nacionales que juegan en Europa, no cuenta con un hombre de tus cualidades ni cerca. Pero que no exista duda, si sigues embistiendo como lo vienes haciendo cada partido, vas a derribar fácilmente el muro que separa de tan sagrado recinto. 

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