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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Regeneración

2018-09-14 | Luis García
LUIS GARCíA
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En Nashville, Tennessee, se dio el segundo capítulo de la transición de la Selección Nacional. Si vamos al análisis micro, fue la segunda derrota espalda con espalda, ante el odiado rival, pero sobre todo ante un enclenque oponente, el cual transita en la misma dimensión desconocida y gris que los mexicanos.

El desempeño de los jóvenes nacionales fue solvente, lo tuyo, Víctor Guzmán, es delicioso; no entras en la camada novel, ya que tienes un amplio recorrido en Primera División, pero tus maneras son de un adulto consagrado, fuiste el mejor vestido de blanco en la cancha por mucho.

Tú, Diego Lainez, te sueltas con cada minuto que pasas en el representativo nacional, tu tarea inmediata descansa en aprender a jugar el juego. Recibiste la pelota en múltiples ocasiones, vamos a suponer que fueron 50 veces, pues bien, en 45 decidiste conducir buscando sacarte gente de encima, en la mayoría te estrellaste con la pared, no puedes encarar cada vez que tienes el balón en tus finos pies, y mucho menos puedes pretender hacerlo a 80 metros de la portería rival. No pretendo que amaines un ápice tus sensacionales habilidades de conducción, sí creo que debes ponerlas a funcionar en la zonas del campo y las veces adecuadas, tampoco comparto que todo lo hagas a mil kilómetros por hora, para ser rápido hay que ser lento, es por ello que menciono que debes aprender a jugar mejor a la pelota.

Tú, Roberto Alvarado, da la impresión que eres penoso, te pasó contra Uruguay y ante Estados Unidos, entendiendo que en el primero entraste de cambio y en el segundo fuiste titular, en los primeros escarceos de ambos duelos no participaste mucho, luciste inclusive incómodo, pero cuando el partido comenzó a caminar y se hizo viejo, te fuiste involucrando de forma sensible, hasta lucir de manera decorosa y sumamente digna para tu edad y experiencia.

Otro que me encantó fuiste tú, Gerardo Arteaga, no te inmutó que fuera tu debut, te desempeñaste con soltura, inteligencia y eficacia, defendiste con atingencia, y cuando debiste ser una alternativa para ofender, apareciste en los sitios calientes de la cancha tirando varios centros muy, pero muy buenos, me gustó tu desparpajo, te aventuraste y nos hiciste gozar.

Por último, tú, Erick Aguirre, tu sensatez es digna de toda loa, eres graciosamente equilibrado tanto cuando tienes la pelota como cuando la debes recuperar, te percibí sin ataduras, sin dudas, no te sorprendió ni el escenario ni las obligaciones. La anterior es mi lectura individual de algunos que a mi entender se les deben seguir dando minutos con la Selección mayor.

Voy al análisis macro, al estatus de esta cofradía, máxime por el par de dolorosas caídas, existen dos maneras de provocar cambios generacionales. Una de ellas es cuando conscientemente se promueve, y lo más importante cuando se controla; obviamente, existirán necesarios ajustes en el trayecto, pero si surge desde la esencia y por convencimiento, operar el cambio es más sencillo, insisto, nadie dice que no habrá turbulencia, habrá y severa, pero no será relevante si se tiene control desde el origen.

La otra opción es hacer el cambio generacional por urgencia, por emergencia, porque te alcanzó el tiempo y no existe otra salida, es decir, porque el conglomerado se te hizo añejo e inservible, entonces es cuando se empiezan a tomar determinaciones sobre las rodillas y no existe control alguno de la situación, mucho menos del resultado final de dicha transición.

Hoy la Selección Nacional se encuentra en dicha disyuntiva, y en tiempo de hacer un cambio generacional operado desde adentro, con cautela y de manera gradual, pero no le queda mucho tiempo para caer en la segunda compuerta en donde los futbolistas mayores ya no te sirven porque son obsoletos, son más un obstáculo que un facilitador. Es por ello que se vuelve imprescindible solucionar el tema del entrenador, ya lo tienen, ya lo convencieron de otro interinato, conoce todo, es un viejo lobo, es docente; y es aquí uno de los medulares puntos para operar el cambio, los actuales jóvenes necesitan quién les enseñe, quién los adoctrine, y ése eres tú, Ricardo Ferretti, punto, no hay que ser un genio para saberlo.

No pueden empezar a proponer operar un cambio de generación si no han designado al capitán del trasatlántico, hecho esto, presentado el proyecto, entonces sí que la pelota ruede en pos de esa regeneración. Por obvias razones, algunos de los 'europeos' deberán seguir en las convocatorias, no todos, deberán ser elegidos con suma precisión, y serán ellos los encargados de darle la estafeta a los nuevos, quienes tardarán en hacerse de ella.

Los nombres y apellidos de gente que estuvo en el pasado Mundial como los de ustedes, Héctor Herrera, Carlos Salcedo, Guillermo Ochoa, Hirving Lozano -eres parte de la nueva camada, pero estás muy adelantado-, Jesús Gallardo, Edson Álvarez -tú también eres de los imberbes-, Jesús Corona, el de Portugal, si es que recuperas el norte, Raúl Jiménez -tienes de una vez por todas que erguirte en un delantero redondo, poderoso, referente, ya que hasta hoy no lo eres-, entre otros, deberán ser los adultos de la modificación.

Por ahí se me podría estar escapando alguno más, pero son ustedes quienes deberán cobijar a los recién llegados, y a la vez dejarlos volar, no condicionarlos con oscuras prácticas o costumbres para ser aceptados como parte del clan o del Club de Tobi. Y los jóvenes que serán aventados al ruedo deben ser respaldados en su club de origen, las entidades locales deben entender que son parte medular del necesario cambio generacional, levanten la vista más allá de sus narices, no puede ser decisión exclusiva del entrenador en turno en los equipos de la Primera División decidir si juega o no, deben establecerse medidas y políticas institucionales con aquellos 'niñatos' que ya fueron llamados y seguirán siendo llamados a Selección.

Para mover con tiento y eficacia la rueda en pos de un salubre cambio generacional, se necesitan de muchas voluntades alineadas en la misma dirección, con ideas contrarias, con debate de por medio, pero en la misma dirección, si no es así, nos vamos a reventar otros 30 años en el mismo lodazal.

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