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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Retiros

2018-04-24 | Luis García
LUIS GARCíA
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La semana pasada fuimos testigos de varios retiros en el futbol mexicano e internacional, sin demeritar el adiós del Estadio Azul; soy de los románticos que cree fehacientemente que en los recintos deportivos  viven fantasmas que cuentan, a quienes estén dispuestos a escuchar, las historias vividas en los mismo.

Por ende, me referiré a tres fantásticos deportistas y gestores sobre su adiós, no definitivo, pero su adiós.

El primero fuiste tú, Rafael Márquez; con Hugo Sánchez eres el futbolista más importante de nuestra nación, y se acabará el mundo, y ambos lo seguirán siendo, son tipos que comen en una mesa aparte.

Te reiteraste del futbol en tu primera casa, en tu lugar de origen, en la actualidad eso resulta poco común, por no decir imposible. Vaya paradoja, eres la máxima leyenda del Atlas, mucho más por lo que conseguiste fuera del Atlas, pero la querencia no se olvida, ésa se lleva tatuada, y nos lo hiciste ver el sábado pasado.

Desde tu sereno temperamento, agradeciste la fiesta que se montó en tu honor, nunca fuiste ni serás un ser de exageradas poses, los desmedidos gritos no es lo tuyo, tu sello distintivo es la armónica y nada forzada sonrisa que regalas cuando la cosas te ruedan bien.

Eres un ganador de cepa, de esos tipos que por donde camina las flores reverdecen, supiste embonar en cada uno de los vestidores en los que estuviste, desde tus primeros escarceos en el Atlas, siendo un chamaco imberbe hasta en el limbo con el Barcelona, conviviendo con la naturalidad que lo hacen los añejos amigos, con titanes de la pelota.

Y qué decir de tu paso por la Selección Mexicana, descomunal influencia; si bien algunos rácanos se abrazan a un par de malos episodios en Copas del Mundo, en los cuales fuiste merecidamente criticado, tus buenas acciones dentro del representativo fueron exponencialmente mayores a las malas.

Se habla mucho sobre tu posible participación en un quinto mundial, aspecto que sin saber, a distancia y por lo leído, está vinculado con cuestiones de patrocinios y comerciales.

No sé en qué terminará la historia, lo cierto es que el único que puede gestionar los desmedidos egos de varios futbolistas de la actual Selección, eres tú.

No voy a decir el nombre; no soy periodista, pero no diré la fuente, hace una tercia de días un directivo del futbol mexicano me comentaba que no entendía en qué momento el futbolista de la Selección perdió relación con la realidad.

Es por ello que tu presencia es necesaria, qué tanto en lo deportivo no atino a precisarlo, pero en la necesidad de la autogestión, no existe la menor duda.

Tu legado es enorme, Rafa, pero como vivimos en el mundo de la inmediatez, deberemos dejar pasar algunos años para dimensionar que fuiste un marciano jugando al balón y que por alguna razón decidiste hacerlo en nuestro México.

El otro que se retiró del Barça, no del juego, fuiste tú, Andrés Iniesta, mundano manchego de Fuentealbilla Albaceta, que trascendió la inmensidad mediante la sencillez, dentro y fuera del juego.

Voy a hacer un ejercicio futurista sin tener la más ‘pajuelera’ idea de tus preferencias, ideas ni sueños.

Aquí voy a adivinar el futuro, terminado tu periplo en China, te veo volviendo a tu pueblo, caminando en las mismas calles de hace una tercia de décadas, jugando cascaritas con tus vestustos amigos, saludando a las decanas y decanos del pueblo con cariño y de manera entrañable, como si toda esa historia de éxitos, títulos, locura, fama, dinero, y sobrenatural talento que nos regalaste en la grama, fuera parte de un cuento de hadas, el cual al cerrarse no sabe uno si fue un sueño o si fue algo real.

Y este burdo ejercicio lo plasmo porque eres un tipo de a pie, a qué me refiero, eres un hombre que podría uno encontrarse comprando una botella de agua en la tienda de la esquina; es un supuesto, seguro eso no sucede, pero es tal tu sencillez que eso parece. Siempre estás en control, aunque todo, insisto dentro y fuera de la cancha, se mueve a una inexplicable velocidad, tú lo entendiste y lo entiendes sin mayor complejidad, y así lo expresabas, y era tal tu claridad de mente e ideas que resultaba irreal tus artísticas expresiones con la pelota.

Daría la impresión que naciste con los 33 años que ahora tienes, siempre fuiste un maduro adulto. En un mundo, y en un deporte, en el que el follón, los bramidos, las farolas, las alabanzas resultan imprescindibles. La existencia y el triunfo de un ser aterrizado, inteligente emocional, modesto y reservado, debe ser celebrado, aplaudido y difundido por todos.

Y el último de los retiros o de los adioses, fue el tuyo, Arsene Wenger,  un lindo divorcio anticipado de tu amado Arsenal. Volviendo a esta absurda inmediatez en la que hoy vivimos no sólo en el futbol, en cualquier tipo de deporte, y en la vida, juzgarte por tus últimos pasajes en Londres, sería injusto para tu persona.

Tú, junto con Sir Alex Ferguson, revolucionaron la espinosa y trascendental figura del director general, ese sitio en el organigrama de los clubes de futbol debería contabilizarse a partir de ti y tu compadre Alex. No tengo duda que antes de ustedes, y después de ustedes, existieron personajes con ciertas habilidades para poder manejar dicho puesto.

Pero una cosa es ostentar el puesto y otra muy diferente es el ensancharlo. No soy un fanático del Arsenal, y suelo ser sumamente respetuoso con la historia de toda entidad, máxime cuando no conozco todas sus profundidades.

Pero sin el menor atisbo de duda, estoy cierto, que aunque en la actualidad los elegantes, pasionales y severos aficionados de tu todavía actual club te vean como posible villano.

Será cuestión de tiempo, y no mucho, para que sanen sus heridas e identifiquen con meridiana claridad que la historia de este fabuloso club londinense no puede entenderse sin tu magistral cerebro, sensibilidad, conocimiento, e identidad con los valores y origen del equipo.

Valores y principios, que muchos de ellos fueron pensados, aterrizados e implementados por ti.  Mantenerse 22 años en un despacho con las obligaciones de ser una las organizaciones más importantes de la Premier League, no lo consigue cualquiera, mucho menos en nuestros días en donde todo es sumamente volátil. Farewell querido Arsene Wenger.

El adiós de estos tres monstruos es un lindo y seductor, y a la vez, amargo recordatorio que todo termina. No sigo porque voy a llorar y no quiero mojar las teclas de la computadora con mis lágrimas.

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