Selección Nacional, arrancan

En medio de una vorágine de partidos de la Liga MX, la Copa MX y algunos clásicos nacionales, surgió, pasó casi sin hacer mucha turbulencia, tu primera lista, Gerardo Martino.

De saque hay que señalar que te abrazaste con sabiduría a la sensatez, convocaste a las tan sobadas, tan gastadas y tan mencionadas vacas sagradas del pasado. Lo amenazaste cuando llegaste y lo cumpliste; esto me encanta, confirmas que no recurres a doble discursos, eres pragmático, directo a la médula, en tu primera conferencia de prensa dijiste que a los añejos no los ibas a descartar de salida, que la transición, aunque algunos les duela, va a haber transición por una cuestión natural de edad, iba a ser gradual, y basándonos en tus elegidos observaste a carta cabal lo que salió de tu boca recién llegaste a nuestra nación.

En lo personal esperaba un poco de mayor purificación, de mayor renovación, entiendo perfectamente que tú mandas, Gerardo Martino, y los demás somos agrestes comparsas, entonces harás lo que se te venga en gana, descansado en tu amplia, salubre y exitosa trayectoria. En contrapartida, habemos algunos que ya llevamos varios, varios años, en estos menesteres de ver en primera fila a la Selección Azteca, y a estas vacas sagradas en tres y hasta cuatro mundiales, y ya nos dejaron claro su techo, es por ello que en el ambiente existía la esperanza de que a algunas de ellas las dejarían en su casa rumiando sus notorios currículums vitae.

Ahora, las reglas cambiaron y fue una delicia comprobar que todos los llamados vinieron sin mediar palabra o cuestionamiento, cosa que en el pasado no hacían con frecuencia, escudándose en precarios pretextos.

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Tú no vendrás, Carlos Vela, porque le das prioridad a tu felicidad, y esa da la impresión se encuentra en el LAFC, y en ninguna parte más, eres un alma libre, que vive alejado de los lugares comunes, de las ideas convencionales, y que ejerces tu voluntad por encima de cualquier tópico, por más que el planeta no lo entienda.

Dentro del escaso recambio generacional, me dio harto gusto verlos en la lista a ustedes dos, Diego Lainez y Carlos Rodríguez, dos chamacos imberbes, obvio tú más Diego, inconscientes bien entendido el concepto, e irreverentes, que desde la osadía, desde el desafiar lo establecido, se han ganado un preponderante sitio, no sé si para contender por un puesto de fijo en el once, pero sí para joderle la vida a cualquiera dentro del representativo nacional.

La otra linda disputa que se viene es la de ustedes dos, Raúl Jiménez y Javier Hernández, una pugna por ser el nueve titular, si atendemos las estadísticas en la Selección Nacional, tú Javier arrancas con una brutal diferencia, y si atendemos la actualidad, la misma brutal diferencia antes mencionada la tienes en tu favor Raúl.

Como bien decía aquella bizarra y loca película que tuvo varias sagas: 'let the hunger games begin', en español, que empiecen los juegos del hambre.