opinion.blog.luis-garcia.tigres-multicampeon
Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Tigres, multicampeón

2017-12-12 | Luis García
LUIS GARCíA
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Vivimos una fantástica Final, tanto el partido de Ida como el de Vuelta fueron jugados a un alto nivel estratégico, táctico, emocional y físico. La mayoría de los personajes involucrados; futbolistas y técnicos, rayaron a su máxima altura. Fue un Clásico en toda la regla, se desarrolló con total honorabilidad dentro y fuera de la cancha, la pelota fue invitada a una excelsa fiesta regiomontana, en la cual fue bien mimada.

Lo desalmado, y a la vez magnificente de cualquier deporte, es que existan ganadores y perdedores, por más que haya sido un distinguido y feroz contendiente, uno se va a la luna y el otro sucumbe.

En este caso, Tigres fue el ganador, justo ganador, ya que en la película completa fue ligeramente superior a su acérrimo y digno oponente, Monterrey.

Una de las claves del triunfo de los Tigres, me parece, descansó en su extraordinaria y nada común capacidad de sufrimiento. En cualquier competencia de elevada envergadura como la que se vivió en Nuevo León, pretender dominar todo el tiempo resulta imposible siquiera de pensarlo, no digamos hacerlo. Tigres siempre lo supo, siempre identificó que sería un duelo de dominio alterno, supo sufrir mejor que Monterrey.

Los momentos en donde el Campeón jugó mejor fue exactamente cuando estuvo por debajo del marcador en ambos partidos. Fue precisamente en esos nebulosos pasajes en los cuales nunca prostituyó su estilo, fue ahí en donde más que nunca se abrazó al balón, lo circuló con osadía, con seguridad, con eficacia, y fue mediante su valentía para jugar en condiciones desfavorables, que equilibró el trámite y, posteriormente, el marcador.

Tigres es un equipo sabio, vetusto, orgulloso de sus cicatrices, son calmos, los brutales decibeles que generó la Final nunca los ensordecieron, siempre discernieron con puntual certidumbre cómo, cuándo, por qué y por dónde.

Por el otro lado, Monterrey, por su naturaleza, fue un equipo más bronco, más proclive a que las altas y las bajas los influyeran, permitieron que las emociones los sacudieran de más, tanto las buenas como las malas. Durante largo tiempo de las dos contiendas quisieron ganar mediante sus letales contraataques, se olvidaron de jugar y pretendieron solamente ganar, y estas batallas para ganarlas hay que ir palmo a palmo, jugada a jugada, encrucijada tras encrucijada. Un campeonato no se gana en una sola jugada, se gana en todas las jugadas, y eso no lo entendió tan bien el poderoso Monterrey. Paso a los nombres propios que dieron cauce a esta linda y amarga historia, según de qué lado se haya vivido.

Tú Ricardo Ferretti sigues engrandeciendo tu leyenda, tu multifacético grupo de trabajo ha sido medular en tu éxito; ustedes Hugo Hernández, Guillermo Orta y Miguel Mejía Barón han conformado un monolítico ‘Club de Tobi’. Han sumado con meridiana inteligencia sus múltiples fuerzas con la parte dirigencial en la que están tú Miguel Ángel Garza y tú Alejandro Rodríguez, muchas mentes brillantes aglutinadas en la misma dirección.

Mención aparte mereces tú Francisco Meza, que hasta antes del partido final no eras considerado de la élite, hasta el domingo por la mañana eras un gran complemento. Tu cuate Hugo Ayala, dada su mala decisión de hacerse expulsar, te hizo saltar a la fama, y no me refiero al valioso gol que anotaste, sino a la cátedra que diste como defensor central. Hacía mucho tiempo no se veía una exhibición de tal manufactura en la cuestión defensiva tantas veces demeritada, fuiste un maestro de orquesta en la última línea, la jugada en la que de taco le quitaste la pelota a Rogelio Funes Mori fue físicamente imposible, y fue la obra maestra en tu gloriosa noche. Fuiste el perfecto ejemplo de que los héroes irrumpen en la palestra desde los sitios menos esperados.

Del lado de los Rayados, quiero referirme a dos luminosos personajes que seguramente hoy están siendo severamente cuestionados bajo el confuso dogma de que eres válido si ganas, y si pierdes no sirves. Tú Antonio Mohamed, volviste a mostrar tus grandes maneras en la gestión deportiva, y no sólo por el semestre de ensueño que tuviste, sino por tus adecuaciones en la Final. Durante el partido de Ida, cuando te diste cuenta que la cosa se enredaba, metiste a Jesús Molina y liberaste a Jonathan González, poniendo una buena barricada y saliendo ilesos del Universitario. Y en la Vuelta, asumiste riesgos metiendo de inicio a Neri Cardozo para tener incluso mayor calidad de mitad para adelante del juego. La pelota ha sido cruel contigo en un par de ocasiones, dos Finales perdidas en casa, desacreditarte por esto me parece torpe y de corto análisis, eres un extraordinario entrenador, de eso no existe duda alguna.

Y otro ente con el que la pelota se ensañó fuiste tú Avilés Hurtado, primero por la inoportuna lesión que sufriste contra Monarcas en el juego de la Semifinal que te condicionó físicamente, y luego por el penal errado, mal fario lo primero y una mala ejecución lo segundo. Ahora, sería infame juzgarte, fuiste el mejor futbolista no sólo de los tuyos, de todo el futbol mexicano, eso no se puede desvanecer por un mal cobro, que fue esencial, eso no se debate, pero una acción no puede encumbrar ni enterrar a nadie.

Tigres confirmó su grandeza, su aplomo, su señorío, su estirpe, su ingenio y su brutal poderío. Y Monterrey deberá ser calmo en el análisis, la dolorosa derrota no puede borrar todo lo que han edificado, son una fascinante organización, elegante, referente, son un gran equipo que aprenderá y crecerá después de esta profunda herida. Felicidades a ambos clubes, que han hecho al futbol mexicano mejor, mucho mejor.

Contenido Patrocinado