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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Toluca, hábitos

2018-03-16 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Cuando se habla de esta histórica y roja institución, automáticamente nos remitimos a frecuentes y sonoros éxitos, nos tienen acostumbrados a vivir sin mayor empacho cercanos a la cúspide. Y de nuevo esta plantilla, cuestionada plantilla por cierto, lo vuelve a hacer, son terceros en la Liga MX y están en Semifinales de la Copa MX.

La gran ventaja que posee este notable club es que sabe transitar por la sombra, no busca reflectores, ni necesita de constantes loas para subsistir. Es una organización sobria, reacia y eficaz, son de los equipos que le brindan estabilidad al turbulento futbol mexicano, son sensatos en sus resoluciones directrices, poseen gran peso y voz dentro del gremio de dueños, y su credibilidad es impoluta, son de los fieles de la balanza de la pelota en nuestro país.

Hoy son comandados por ti, Hernán Cristante, una deidad del club, un hombre insigne, un honorario ente de la descomunal historia diabla. Intento entender la dificultad de dirigir a esta cofradía por la natural, pero empalagosa comparación que se hace con aquella aplanadora de la década de años 2000, de la cual tú fuiste parte medular. 

Dominar una larga época dentro del futbol mexicano como lo hizo aquel delicioso Toluca, en la actualidad es imposible, no hay manera de marcar tanta diferencia como lo realizó ese galáctico vestidor. Por ello, me parece que tu gestión, Hernán, debe ser bien valorada, hoy existen clubes como Monterrey, Tigres, América e incluso Cruz Azul que revientan el mercado mediante billetazos. 

A tu actual plantel lo has maximizado; como bien decía mi amado nalgón Martinoli, el grupo corría el riesgo de convertirse en el Club de la Pelea por el desbordado temperamento de varios de tus dirigidos, específicamente Sambueza, Reyna y Quiñones, pero salvo tibios exabruptos, uno de ellos tuyo en el Estadio Jalisco, las emociones las han contenido y canalizado de forma correcta.

Desde ningún punto de vista la conformación de tu equipo es menor, cuentan con luminosas individualidades. Tú, Rubens Sambueza, sigues siendo ese facilitador de ideas, ese proveedor de soluciones desde la improvisación y locura, los tuyos recurren a ti cuando los nubarrones se arriman. Tú, Pablo Barrientos, tienes pasajes de élite, si bien es cierto la frecuencia de los mismos no es la idónea, cuando andas inspirado realizas cosas espeluznantes en favor de tu congregación. Tú regreso, Alfredo Talavera, ha sido sensacional, aportas desde lo moral y desde lo deportivo, eres el pilar del fortín, cuando se tiene un portero de tu enorme envergadura los defensores ni siquiera voltean para atrás cuando los rivales tiran a portería. Tú, Alexis Canelo, has sido una grata revelación, al igual que tu equipo desde la lobreguez has decidido levantar la mano con fuerza y temple para erguirte en un importante goleador, compensado el ligero decremento de tu cuate Fernando Uribe en esas lides. Y por último, pero no menos cardinal, al revés, me pareces el más, tú, Antonio Ríos, eres el consignatario de la estabilidad, eres la piedra angular, si no estás nadie entiende nada.

En lo personal, y sin tener filiación alguna por esta entidad, celebro su pulcro andar, insisto son una elegante y a la vez templada institución que engalana al balón en México. Saben de su honorable tradición, saben de su ganadora genética, saben de sus altas obligaciones con el juego, y aunque resulte sumamente espinoso emular a aquella generación que transitaba en otra dimensión y aplastaba sin misericordia a quien se le cruzara, enaltecen su tradición, y eso se agradece. Y qué decir del jefe máximo, tú, Valentín Díez, personificas a un distinguido hombre, quimérico y frugal, que desde tu trono emanas grandeza sin presunción, lideras con clase tu club obligando sin  forzar a que cada integrante de tu organización conozca la leyenda que es el Toluca, y la honren desde sus diversas trincheras. 

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