En el Tri, momento o jerarquía

La misión del viernes para la Selección Mexicana, además de enfrentar a Panamá, es el momento, ritmo y forma que atraviesa el jugador nacional, en especial el que milita en el Viejo Continente, al tener escasas tres semanas de actividad. Lozano, Guardado, Hernández, Ochoa y Corona muestran una mejor forma con base a minutos jugados, un tema nada agradable para el cuerpo técnico que hoy tendrá que decidir entre poner a elementos de Liga local que atraviesan un buen momento o ir por la jerarquía y peso que exige jugar en Europa.

Osorio tendrá cada noche un dilema para armar su equipo y tomar la mejor decisión en cuanto a lo que ve en escasos tres días y no en lo que atañe al pasado.

Respetado, mas no temido

Desde que Miguel Herrera levantó la voz en contra del arbitraje, de inmediato fue sancionado y advertido sobre cuidar sus palabras, lo cual asumió y respetó, pero a últimas fechas los colegiados han marcado un camino hacia los que los critican como al América, donde les han dejado de marcar jugadas claras a favor y que han repercutido en el marcador, lo mismo que con otros clubes que han levantado la voz.

Los silbantes no necesitan parar las críticas, necesitan un orden y trabajo, y Arturo Brizio ha comenzado con mano estricta; sin embargo, se necesita mano dura en cuanto a reglamento y jugadas divididas para evitar errores y especulaciones.

El arbitraje mexicano necesita orden y preparación, no un consenso para no ser señalados. El arbitraje necesita ser respetado, no intocable, mostrar una mejor actitud y no a base de tarjetazos o dejar de marcar jugadas clave, debe ganarse el respeto basado en la importancia o necesidad de los clubes.

La tarea de Brizio no es enseñarles técnica, leerles el reglamento o ponerlos a correr, debe de enfrascar los esfuerzos en formar personalidad y respeto a base de trabajo y buenas actuaciones.

La crisis arbitral es un hecho, y día a día contagia hasta a otras Ligas, urge meter cintura o de nada servirá un cambio más de cabeza.