Cinco técnicos injustamente despedidos

Pocas frases tan hechas, pero tan ciertas en el futbol: “El técnico vive de los resultados” y probablemente ésa sea la injusticia más grande de este deporte. Siempre se habla de ‘proyectos’, de ‘procesos’, pero al final del día hay casos en donde de nada sirve ser el arquitecto de los sueños, si un par de tropiezos harán que los directivos terminen por dinamitar absolutamente todo. Éstas son las injusticias más grandes que se han cometido contra técnicos ‘en nombre del futbol’. 

1 El fin de un cuento de hadas

Fueron 132 años de espera. Una escuadra conformada por jugadores que fueron ‘desechados’ por otros equipos, como Mark Schwarzer, Marc Albrighton o Marcin Wasilewski, por lo que Claudio Ranieri no sólo dio el primer título en su historial al Leicester City, sino que también hizo que el equipo ‘más barato’ ganara la Liga más lucrativa que existe. Convirtió a desconocidos como Jamie Vardy o Riyad Mahrez en verdaderas figuras y nueve meses después, el sueño ha terminado. Lo más doloroso en este caso no es que la directiva del equipo haya destituido a Ranieri, sino que lo haya hecho a petición expresa de sus jugadores. Esos a los que Ranieri sacó del anonimato. Esos a los que les enseñó que no hay nada imposible y que ahora tendrán que hacerse verdaderamente responsables por el mal paso del equipo, con sus actuaciones en el terreno de juego.     

2 Cuando la Champions no vale de nada 

Es el torneo más importante a nivel de clubes en todo el mundo. Año con año, equipos invierten millones y millones de euros (cof, cof, PSG o Manchester City) para poder ganar la ansiada ‘Orejona’ y cuando finalmente lo logras ¿corres a tu técnico? Es lo que ocurrió con el Chelsea y ‘Bob Matthews’, mejor conocido como Roberto Di Matteo, quien tras llegar como interino a rescatar el fiasco que dejó André Villas-Boas, no sólo consiguió ganar la FA Cup, sino que logró que el sueño de Roman Abramovich se hiciera realidad, al ganar la UEFA Champions League ¡derrotando ni más ni menos que al Bayern Munich y en su propia casa!  De nada sirvieron los trofeos, pues el Chelsea decidió patear el trasero de Di Matteo y mandarlo a volar, pese a haberles dado dos títulos en siete meses de labor.   

3 De Campeón Olímpico al desempleo

¿Cuántas veces escuchamos en nuestra vida que el único torneo que se le había negado históricamente a la poderosísima selección de Brasil eran los Juegos Olímpicos?  Grandes escuadras fracasaron una y otra vez hasta que el 20 de agosto de 2016, los dirigidos por Rogério Micale dieron una de las máximas alegrías a los brasileños, al conseguir el oro olímpico en una dramática serie de penaltis frente a Alemania. ¿El premio para Micale? Ser despedido seis meses después por su ‘incapacidad’ de clasificar a la selección Sub 20 al Mundial de la categoría.  Sí, con menos de seis meses de trabajo con dicho equipo. ¡Enhorabuena!     

4 ¿La maldición de Mohamed?

Típico que eres el América. Contratas al mejor técnico disponible, te da un campeonato y ¿lo corres porque encontraste a ‘alguien mejor’? Lo irónico del asunto es que ese ‘alguien mejor’ resultó no funcionar, por lo que desde entonces te tienes que conformar con tus ‘peor es nada’, como Nacho Ambriz o Ricardo La Volpe, quienes, por cierto, tampoco lo han hecho tan mal, pero siguen sin darte lo que esperabas.  ¿Será que estamos presenciando la maldición de Mohamed en el América?  

5 Un bigote no tan galáctico

Pocos técnicos han conocido tan bien las entrañas del Real Madrid como Vicente del Bosque. Jugador del Castilla y posteriormente del primer equipo, el bigotón llegó al banquillo merengue tras haber saboreado las mieles de 5 Ligas y 4 Copas del Rey como jugador.  Como técnico consiguió ganar dos Champions League en sus primeras cuatro temporadas, lo que serviría como la piedra angular para la llamada era de los ‘Galácticos’, incorporando a Luis Figo, Zinedine Zidane y Ronaldo; sin embargo, en junio de 2003, justo al día siguiente de dar al Madrid su vigesimonoveno título de Liga, el club le informó que no le renovaría contrato, un pecado que pagarían muy caro los Merengues, pues tuvieron que pasar cuatro largos años (y seis técnicos en ese lapso) para que pudieran volver a ganar un título de importancia.