Correr como propósito de Año Nuevo

¿Quién no tiene hoy en día un amigo o familiar que corre? ¿Quién no conoce al menos a una persona que ha corrido un maratón o que se está preparando para hacerlo próximamente? No hay un censo certero del número de corredores que hay en México actualmente, pero estoy segura que la población corredora es cada vez más grande.  

Cuando yo empecé a correr, hace más de 15 años, era un ‘bicho raro’ entre las personas de mi misma edad. Las pocas mujeres que corrían en el gimnasio, lo hacían por 10 minutos sólo para ‘calentar’ antes de entrar a su clase de ‘step’ o algo así.  

A mí, después de 45 minutos en la corredora, se me quedaban viendo y me preguntaban cuánto más me iba a tardar.

Llegué a subir a un podio, el único en mi vida, en tercer lugar en una carrera de 5 kilómetros, no porque fuera rápida ni porque mis modestísimos 23 minutos fueran una marca increíble, sino porque había muy pocas mujeres en las competencias.

A finales de los 90, no había siquiera muchas marcas de tenis especiales para correr, recuerdo haber estrenado el único modelo de New Balance disponible para corredores en el mercado y sentir que eran unas alas, comparados con mis tenis gigantes con los que iba a los aeróbics.  

Pasados algunos años, cuando decidí correr un maratón, seguía siendo un ‘bicho raro’. Al parecer, la fiebre maratonista llega en edad un poco más avanzada, no antes de los 30 y mucho menos en las mujeres.  

Pero hoy en día es diferente, ¡afortunadamente!

Cada vez hay más gente corriendo y mejor aún, cada vez somos más mujeres corriendo. La participación femenina en las carreras ha ido avanzando increíblemente, los organizadores de los maratones más importantes de México reportan que el mix de corredores por género ha pasado de un 90 por ciento de hombres y 10 por ciento de mujeres a un 70 por ciento de varones y 30 por ciento femenil.

En el maratón de Torreón, por ejemplo, hubo cuatro mujeres en la primera edición (1989), el próximo año se esperan 1,300 corredoras. También, afortunadamente hoy en día, los gadgets para corredores, los tenis especiales para personas pesadas o ligeras, para maratonistas y ‘sprinters’ ya están disponibles.  

¿Por qué digo afortunadamente? Porque correr no podría traer más que cosas buenas de forma individual y de forma colectiva. Correr es bueno para quien lo hace y para los que están a su alrededor; es inspirador, es generador de salud, sanador de vicios; es buen ejemplo para las siguientes generaciones. Y si cada vez somos más, me anima pensar que en futuras generaciones los que no corran serán la minoría.  

Algunos dicen que es moda, y puede ser que tengan razón, pero para mí es una moda que llegó para quedarse.  

Correr es un estilo de vida que no sólo te da salud, sino buen humor, amistades, paisajes, claridad de pensamiento, disciplina, consciencia corporal, energía, etcétera.  

Quizá no es para todos, hay quien definitivamente no disfruta de correr, y eso está bien también. Es respetable, pero pienso que si cada uno de los que sí corremos, inspiramos al menos a una persona más a intentar probar lo delicioso de pescar un amanecer corriendo, el mundo sería otra cosa.  

¿Qué tal si nos lo proponemos para el 2016?