opinion.vero-velazquez.creer-que-puedes-lograrlo
Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Creer que puedes lograrlo

2017-05-12 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Hace unos días rompí mi marca personal en la distancia de medio maratón. Corrí los 21 kilómetros en 1 hora, 59 minutos y 54 segundos. Quizás hasta un poco menos, no tengo el tiempo oficial aún, pero el GPS con el que medí mi tiempo marcó que hice 400 metros más, cosa que es bastante normal en una competencia, ya que los ‘cambios de carril’ o las vueltas muy abiertas te pueden hacer ganar algunos metros.

Sin embargo, le voy a confesar una cosa: apenas puedo creer que realicé el medio maratón en menos de dos horas. Si usted es un corredor muy rápido, quizás esto no le parezca sorprendente, pero si es un runner con tiempos ‘promedio’, seguramente entenderá lo que mi logro significa. Le comparto esto, pues durante varios días pensé que sabía cómo lo había logrado.

Estaba un poco incrédula, ya que para mí, correr 21K a un ritmo más rápido de lo habitual era un objetivo lejano, no sólo porque siempre he tenido la filosofía de correr a paso suave para disfrutar el ‘paseo’ y mis pensamientos en solitario, sino también porque en la mayoría de las competencias de largas distancias mi ritmo de carrera era bastante más alejado de la semana pasada. Y con más alejado me refiero a más de un minuto por kilómetro; y eso, en una distancia mayor a 20K, definitivamente pesa.

Así que llevo días meditando ¿cómo fue que lo logré? ¿de dónde me salió la fuerza y la determinación para ir incrementando poco a poco la velocidad a la que corría cada kilómetro?

Obviamente estas cosas no suceden por un golpe de suerte, sin duda seguí -un poco más- el plan de entrenamiento adecuado para prepararme para esta distancia.  

Sí estaba preparada físicamente, pero llegué a la conclusión de que mi incredulidad es reflejo de que no lo estaba mentalmente.

Pero afortunadamente hubo dos factores fundamentales que hicieron la diferencia para mí en este medio maratón: las porras de mis compañeros de equipo y entrenador, quienes me recordaron que sí me había preparado y que me insinuaron un tiempo objetivo, creyendo que podría lograrlo.

Esto fue clave para una runner que muchas veces corre sin voltear a ver el reloj, que alguien me sugiriera una meta retadora pero alcanzable. La sola invitación a lograrlo tocó algo en mí, porque me hizo darme cuenta que creían en mí y que era factible. Así que yo debía creerlo también.

Corrí el medio maratón dentro del Maratón Internacional de Praga, donde hay una modalidad de relevos y dos personas completan la distancia. Mi punto de salida fue el kilómetro 21 y tengo que decirle que arranqué muy preocupada. Los días previos a la competencia caminé más de quince kilómetros diarios, cosa que es completamente inadecuada, me sentía cansada.

Los primeros kilómetros los corrí a un ritmo muy suave (6 min/ km), decidí no presionarme y apretar el paso sólo si me sentía con energía después del kilómetro 11. Y así fue, mis pensamientos de preocupación poco a poco fueron convirtiéndose en gratitud a mi propio cuerpo y a la inolvidable experiencia de conocer Praga corriendo.

Aceleré el paso pues, y me puse una nueva meta, mantener el ritmo 5 kilómetros más y apretar otra vez si me sentía bien. Llegué al punto de decisión y en ese momento me di cuenta que con el tiempo que llevaba era factible que terminara la competencia en menos de dos horas. Pero para lograrlo debía de acelerar aún más y correr a una velocidad prácticamente desconocida, porque no había hecho ninguno de mis entrenamientos a ese ritmo (5 min/km).

Así que decidí darme una oportunidad, creer que podía hacerlo. Comencé a correr más rápido, con menos fuerza física, pero con más fuerza mental. Me sentía increíble, veloz, poderosa. Mi respiración empezó a agitarse, quizás más por la emoción que por el esfuerzo. Revisaba el reloj cada kilómetro que pasaba, lo estaba logrando.

Cuando vi la señal de 500 metros para la meta el reloj marcaba 1 hora, 58 minutos y algunos segundos. Las piernas se me movían solas, rapidísimo. Yo sólo sonreía y levantaba los brazos emocionada. Bastó con creerlo. Lo logré y fue maravilloso. Pude concretar mi #breaking2.

Contenido Patrocinado