El hombre más veloz del mundo

Inexpresivo, sin la sonrisa que lo caracteriza cada vez que logra una victoria, con mirada expectante, casi podría decir retadora, así llegó Usain Bolt a la conferencia de prensa – fugaz – que ofreció ayer a la multitud de medios que nos reunimos para verlo y escucharlo. Parece que el motivo de su desánimo fue el tráfico de la Ciudad de México. No lo culpo. Él llegó tarde, todos los que esperábamos verlo, no. Tal vez no sabe que cada minuto de espera hizo más emocionante su llegada y generó más ansiedad por cuestionar los motivos de su grandeza, sus planes y sus preferencias futbolísticas. Inició el bombardeo de preguntas y al cabo de unos minutos bajó la guardia y mostró empatía con su público interrogador.

Bolt es el hombre más rápido del mundo, el dueño de los récords de velocidad en competencias de 100 y 200 metros. También tiene las marcas mundiales en relevos 4x100, lo que lo hace el primer campeón Olímpico en los tres eventos. El invencible ganador de
29 años es para muchos una leyenda, pero para él, ese título aún tiene pendiente un triunfo para ser una verdad absoluta: “Si voy a los Juegos Olímpicos (de Río) y gano, me sentiré cómodo de decirle a cualquier persona que soy una leyenda”. Eso dijo el jamaiquino ante el cuestionamiento del lugar de la historia en el que cree que se encuentra actualmente.

Los planes del rey de la velocidad
Su plan al corto plazo es seguir siendo el líder Olímpico y en eso estará enfocado en los próximos meses. Sin embargo, cuando tuve la oportunidad de hacerle una pregunta y lo cuestioné sobre sus planes para retirarse, admitió que es algo que ya ha estado discutiendo con su entrenador y han decidido retomar esa conversación después de los Juegos Olímpicos. Será hasta entonces si cuando decidan en conjunto si seguirá compitiendo un año más o no.

Es un hombre que le gusta ganar y que está decidido a seguir ganando. Sus declaraciones me dejan concluir que quiere mantenerse en el trono, al menos hasta retirarse:

“Tengo dos metas más que espero lograr antes de retirarme: defender mi título Olímpico por tercera vez, y correr el sub-90. Esas dos metas me mantienen trabajando. Quiero ser de los mejores del mundo y si quiero eso tengo que seguir haciendo grandes cosas, derribando las barreras. En eso estoy enfocado, eso es lo que quiero”.

El sabor de la gloria
A pesar de estar acostumbrado a la gloria, me sorprendió la forma en que describió lo que siente cada vez que gana una carrera, usó dos palabras: Alivio y felicidad. Específicamente dijo: “Alivio porque terminó y porque después de una dura temporada de entrenamiento es el momento donde todo el esfuerzo da una recompensa y felicidad por haber ganado”. Increíble y gran muestra de su lado humano es que una figura como él reconozca que siente alivio o descanso después de cruzar una meta, a mí me parece que nunca se le ve temeroso, pero si en el fondo de su corazón hay alivio, es claro que también sabe que no es invencible. Y reconocerse no invencible es digno de admirarse. Aplausos, Bolt. Un gusto conocerte.