La vencedora de obstáculos

Hace unos días tuve la oportunidad de platicar con Zudikey Rodríguez, la mejor corredora mexicana de 400 metros con vallas. Zudikey es una atleta increíble, con una energía que se contagia y, a mi parecer, es menos conocida de lo que se merece, pienso que todos deberíamos tener la vista sobre ella. No sólo por sus resultados, sino por la entereza, persistencia y gran capacidad mental que tiene. Su carrera ha estado llena de obstáculos, literal y metafóricamente.

Ha participado en distintos tipos de competencias, 200 y 400 metros planos. Fue integrante del equipo de relevos de 4x400 que comandaba Ana Guevara en los Juegos Panamericanos de Río 2007, donde ganaron medalla de plata. A partir de 2010 se inició como vallista y en su primera competencia estableció el récord mexicano en la prueba, con 56.10 segundos (la marca anterior era de 57.78”). En el 2014 ganó el Campeonato Iberoamericano de Brasil en esta prueba, con 56.64 segundos. El mismo año, refrendó el récord mexicano con tiempo de 55.78 seg.

Tiene 28 años y su vida deportiva empezó desde que era una niña, a los 12 años formaba parte del equipo de basquetbol de la escuela y cuando tenía la pelota en su poder, corría con tanta velocidad que nadie la alcanzaba. Fue entonces que su entrenador sugirió a sus padres inscribirla en pruebas de atletismo. Empezó en competencias escolares, luego pasó a nivel municipal, estatal, regional, hasta llegar a su primera prueba a nivel nacional en Mérida. Cuando llegó a competir traía puestos un tenis comunes y corrientes, que no servían para una pista de tartán. Ese día, estrenó zapatos y ganó. A los 16 años llegó a su primera competencia internacional en Italia. Al llegar a la universidad obtuvo una beca al formar parte del equipo de atletismo. Cada vez lograba mejores marcas y ella sentía el compromiso de seguir entrenando para representar bien a México en eventos en todo el mundo. En su historia como atleta ha enfrentado pruebas duras que la han marcado. “La vida se trata de pasar obstáculos y yo ya estoy acostumbrada”, me contó.

El año pasado, tan sólo 20 días antes de llegar a los Juegos Centroamericanos, sufrió una caída en un entrenamiento de velocidad. Al cruzar una valla, tropezó, se golpeó en la cabeza y se raspó todo el cuerpo sobre la pista. El cerebro se le inflamó, tenía un esguince cervical de 2º grado y no podía ni ponerse ropa para entrenar porque se le pegaba en las quemaduras en la piel. El médico le indicó descanso de un mes, pero ella tenía los días contados. “Le pedí al doctor que me permitiera correr, tenía un compromiso con México”, me dijo.

La instrucción era clara, pero su espíritu era más fuerte. A los pocos días se sentía mejor y empezó a caminar, luego trotar y pocos días antes de la competencia hizo un entrenamiento con vallas. Finalmente, ante todo pronóstico, llegó a la competencia y no sólo eso, sino que subió al sitio más alto del podio. “Me da mucha alegría que siempre me sorprendo de lo que logra mi cuerpo”, me dijo Zudi.