Para usted que va a Boston

Esta columna es para usted que va a correr el maratón de Boston, para usted que entrenó por diez, quince o quizás veinte semanas y que ahora está a pocos días de escuchar el disparo de salida de su competencia más deseada.

El trabajo físico está hecho, la distancia se incrementó poco a poco, los fines de semana cada vez representaban más kilómetros, más cansancio, más hambre y más sueño. 

Las piernas ya saben lo que significa correr por dos o tres horas, el corazón está listo, está fuerte y está entrenado. Físicamente no hay nada más que hacer, más que mantenerse rodeado de algodones durante los siguientes días para evitar cualquier percance. Y con algodones me refiero a no comer nada de dudosa procedencia, cuidarse de cambios de clima, dormir bien y evitar a toda cosa actividades que pongan en riesgo su integridad física. Un tobillo torcido o un tirón en un músculo es lo último que se desea en estos momentos.

En resumidas cuentas, cuide su cuerpo estos días. Pero, sobre todo cuide y prepare su mente, entrénela. La buena noticia es que está a muy buen tiempo para hacer el entrenamiento mental, ya que no requiere de tantas semanas como el físico.

¿Cómo preparar la mente para el gran evento?

Lo primero que hay que hacer es un repaso del plan de entrenamiento hecho. Hacer consciente todos los kilómetros corridos. ¿Cuántos fueron? Quizás 700 o mil a lo largo de tres o cuatros meses ¡Muchísimos! Reconocer el esfuerzo y agradecerle al cuerpo por todo lo que hizo, es una buena forma de reforzarle a la mente que el trabajo está hecho y que, por lo tanto, la competencia saldrá muy bien.

El segundo recurso que ayuda a construir seguridad para afrontar una competencia es recordar los motivos profundos por los cuales usted decidió clasificar a Boston y todo lo que hizo para lograrlo. 

La preparación para correr este maratón fue especial, porque requirió de un esfuerzo adicional para obtener un lugar dentro del corral de salida. En este camino hubo obstáculos qué superar y grandes aprendizajes que serán útiles en la competencia. Reconózcalos, agradézcalos.

Por último, un ejercicio mental que debería hacer usted diario de aquí a la competencia es visualizar la carrera, desde el instante en el que da el primer paso hasta que llega a la meta. Los psicólogos aseguran que hacer ejercicios de visualización funcionan a la perfección porque el cerebro no distingue entre un pensamiento y una acción. Entonces, al visualizarse con éxito y fuerza, cruzando la meta, la mente ‘cree’ que es posible hacerlo. 

Por lo tanto, cuando suceda la competencia, el cuerpo sabrá que ya ha hecho algo parecido antes, que es una acción conocida y que definitivamente es alcanzable. Esta técnica es utilizada incluso por atletas olímpicos y corredores de alto rendimiento. Así que ya lo sabe, dedíquele unos minutos cada día a este ejercicio, no pierde nada.

Y mientras llega el gran día, le deseo todo el éxito del mundo y le reitero mi admiración por haber logrado esta meta tan codiciada por muchos, pero alcanzada sólo por los mejores.