opinion.vero-velazquez.podria-ser-bueno-para-las-rodillas
Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Podría ser bueno para las rodillas

2017-05-19 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Es una creencia común pensar que correr puede ser dañino para las rodillas. Sin embargo, los resultados de un estudio reciente sugieren que, de hecho, esta disciplina podría ser benéfica para esta articulación.

La hipótesis se basa en que correr cambia el ambiente bioquímico dentro de la rodilla, de tal forma que promueve un funcionamiento adecuado.

Y eso puede sonar contradictorio a las muchas teorías que indican que el impacto que se genera en cada zancada es fuerte para el sistema musculoesquelético y, especialmente, en la rodilla, ya que hay un desgaste del cartílago que amortigua los huesos en la articulación. Y este deterioro de la masa cartilaginosa podría causar eventualmente artritis.

Sin embargo, al parecer hay poca evidencia para apoyar estas ideas y los estudios epidemiológicos en corredores que llevan mucho tiempo practicando este deporte muestran que en general son menos propensos a desarrollar osteoartritis en las rodillas que las personas que no corren.

Otra de las especulaciones, por la cual se podría asumir que correr podría proteger las rodillas, es porque comúnmente la práctica del running está asociada a mantener un peso saludable. Una de las principales recomendaciones para reducir el riesgo de padecer artritis en las rodillas es, precisamente, ‘cargar menos’ peso, manteniendo un índice de masa corporal bajo.

Las investigaciones sobre este posible beneficio de correr recién han comenzado. Un grupo de científicos de la Universidad Brigham Young , en Estados Unidos, realizó un estudio con el objetivo de analizar la composición química del interior de la rodilla de personas sanas después de correr durante 30 minutos o permanecer sentados el mismo periodo.

Para esta investigación reclutaron a 15 corredores (hombres y mujeres) menores de treinta años sin ningún antecedente de lesión en la rodilla o artritis. Los voluntarios tuvieron que someterse a análisis de sangre y se les extrajo una muestra del líquido sinovial que reduce la fricción dentro de la articulación de la zona a estudiar.

La intención era determinar la cantidad de químicos presentes en rodillas con tendencia a la artritis antes de hacer ejercicio y después. Así como después de permanecer sentados por media hora. Las muestras se tomaron en sesiones separadas.

El análisis se centró en las moléculas asociadas a la inflamación, así como en una sustancia que se utiliza comúnmente como marcador de artritis incipiente.

El estudio tuvo algunas limitaciones, ya que resultó técnicamente difícil extraer con seguridad el líquido sinovial, de tal forma que sólo se pudo realizar el análisis completo a seis de los quince corredores.

Sin embargo, los resultados encontrados son interesantes y consistentes. En casi todos los casos, después de la sesión de carrera, las rodillas de los voluntarios contenían niveles más bajos de las sustancias que pueden contribuir a la inflamación, comparados con el nivel al inicio del estudio. También se encontró una reducción en el líquido indicador de artritis, lo que sugiere que correr elimina este químico y lo envía hacia la sangre.

Por el contrario, las muestras que se tomaron después de permanecer sentados, mostraban un aumento en ambas sustancias, las moléculas inflamatorias y el marcador de artritis.

Los hallazgos de la investigación apuntan a que una sola sesión de media hora de carrera hace un cambio en la composición química de la rodilla, ya que se reduce la inflamación e, incluso, puede ofrecer protección.

Sin embargo, el cambio químico por permanecer sentado durante 30 minutos hace a la rodilla bioquímicamente más vulnerable a una eventual enfermedad.

El estudio está muy centrado en la salud química del interior de rodillas sanas y esto podría explicar porque hay muchísimos corredores de avanzada edad perfectamente sanos.

Faltaría, por supuesto, analizar el impacto de los ‘desbalances’ musculares, la falta de fuerza y las lesiones en los ligamentos y músculos alrededor de esta articulación. Eso seguro que es otra historia.

Contenido Patrocinado