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Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Sobre la resiliencia

2017-04-21 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
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El pasado lunes tuve la oportunidad de ser espectadora del Maratón de Boston, el cual algunos consideran que son los Juegos Olímpicos del corredor recreativo.

Ya les he contado mucho sobre lo retador que es obtener un lugar para esta gran competencia. Generalmente toma años y varios intentos fallidos antes de dar la marca clasificatoria.

He visto de cerca este recorrido sinuoso para lograr el sueño bostoniano. También he sido testigo de amigos que han pasado de ser corredores ‘promedio’ a ser atletas con un nivel de disciplina inquebrantable.

Para mí, todos los corredores clasificados a Boston tienen un chip especial, un nivel de fuerza y compromiso superior. Pero lo que vi este fin de semana me llevó a pensar que la palabra que verdaderamente describe a estos corredores es: resiliencia.

La resiliencia, de acuerdo a la la definición de la Real Academia de la Lengua Española es la capacidad que tienen todos los seres humanos de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, saliendo fortalecidos y con aprendizajes.

La resiliencia te orilla a reestructurar los recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y las necesidades. Es decir, las personas resilientes no sólo son capaces de sobreponerse a las adversidades, sino que van un paso más adelante y aprovechan estas situaciones para aprender y desarrollar al máximo su potencial.

Esta palabra ha sido utilizada por psicólogos, no sólo para describir la fuerza de sobreponerse a momentos duros de la vida, sino también la forma en la que se enfrentan las tormentas.

Las personas resilientes se caracterizan por ser conscientes de su potencial, pero también de sus limitaciones. Son confiados de sus capacidades, pero flexibles ante los cambios.

Sin embargo, el hecho de que sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantener un espíritu tenaz frente a sus metas.

El pasado lunes pude observar a miles de personas resilientes, vi a 40 mil corredores siendo conscientes de que la fuerza que los llevó hasta la línea de salida del maratón es la misma fuerza que los empujaría a terminarlo sin importar las circunstancias.

Esta característica inigualable en los maratonistas clasificados a Boston fue aún más evidente para mí en los corredores que hacían por primera vez este maratón.

El recorrido de los 42.195 kilómetros de Boston, según cuentan ellos, no es nada sencillo. Hay pendientes pronunciadas y bajadas que golpean las piernas con fuerza.

El maratón comienza a las 10 de la mañana, cuando el sol ya está en su esplendor. Y si bien en esta época del año se pueden esperar climas fríos en el noreste de Estados Unidos, este lunes los runners comenzaron a correr en una temperatura que no es la ideal para una competencia.

El termómetro al momento del arranque marcaba 20 grados, pasadas unas horas, la temperatura subió un poco más. Le doy este contexto para contarle lo más importante: No vi a un solo corredor darse por vencido.

Sí los vi sufriendo y los vi teniendo que caminar porque los calambres los atacaban, pero también los vi respirando profundo y retomando su paso.

Los pude ver llegar a la meta en un tiempo superior al que esperaban, aceptando que tienen capacidad; sin embargo, que las circunstancias de la carrera los obligaron a bajar el paso.

También los vi reconociendo que la ruta es dura y que el calor los sacó de control. Pero los vi, sobre todo, listos para prepararse para la próxima vez y superar ‘el mal rato’ o el ‘mal resultado’ que esta ocasión les dejó.

Los vi resilientes y los admiro profundamente. Felicidades a todos ustedes.

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