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Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Una mejor microbiota

2018-01-05 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Illinois, analizó la relación que tiene el hacer ejercicio con la microbiota intestinal, encontrando que el impacto de la actividad física en las colonias de bacterias que viven en nuestro organismo podría ser muy positivo.

Esto es un hallazgo interesante, porque tener una buena salud mental y física depende en gran medida de la salud de estos microorganismos.

Los resultados de la investigación muestran cómo la actividad física puede afectar incluso a aquellas partes de nuestro cuerpo que parecen no involucrarse en los entrenamientos, lo que podría ser una nueva razón para cumplir con el propósito de hacer ejercicio este año, ¿cierto?

Para realizar este estudio, los científicos reclutaron a 32 hombres y mujeres sedentarios, la mitad de ellos con cierto sobrepeso y el resto con peso saludable.

Los voluntarios participaron en un programa supervisado de seis semanas, donde realizaron ejercicio físico tres veces por semana y mantuvieron su dieta habitual.

Las sesiones de entrenamiento fueron progresivas tanto en duración como en intensidad, pasando de 30 minutos de caminata o bicicleta a 60 minutos de trote o pedaleo vigoroso. Después de las seis semanas, se les pidió que pasaran el mismo periodo de tiempo sin hacer ejercicio.

Se tomaron muestras fecales antes y después del ciclo de entrenamiento y posterior al periodo sedentario, controlando la dieta tres días previos a cada recolección.

Los resultados fueron muy interesantes, la biodiversidad de la microbiota se afectó positivamente en las personas de peso saludable después del periodo de entrenamiento; sin embargo, no fue así para las personas con sobrepeso.

La mayoría de estos cambios no se compartieron de una persona a otra, cada uno respondió de manera única al ejercicio. Pero de manera general, la actividad física provocó un incremento en la población de microbios que ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta.

Estos ácidos grasos se asocian a la reducción de inflamación tanto en el intestino como en el resto del cuerpo, y la inflamación, en resumidas cuentas, es la causante de muchas enfermedades. Además, ayudan a combatir la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes y a tener un metabolismo más fuerte.

La mayoría de los voluntarios tenían concentraciones más grandes de estos ácidos grasos de cadena corta en sus intestinos después del ejercicio, junto con los microbios que los producen.

Sin embargo, estos cambios positivos se perdieron después del periodo sedentario de los participantes.

Aun así, suena muy bien que, con tan poco tiempo de ejercicio, el organismo haya tenido un impacto positivo en un órgano clave para la salud, como es el intestino, y más aún si estos cambios dentro del cuerpo ayudan a disminuir la inflamación en todo el cuerpo.

Sería interesante saber qué pasaría con la microbiota intestinal si hacemos ejercicio por más de seis semanas. Si usted no tenía suficientes razones para comenzar a correr, aquí una más: una mejor salud intestinal.

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