Pumas vs Cruz Azul, un 'concierto' de tácticas en CU
Francisco Palencia tiene dos grandes pasiones en la vida: el futbol y el rock. El técnico de los Pumas ha encontrado en el balompié su profesión, mientras que en la música, el método perfecto para hallar tranquilidad e inspiración.
"Para mí el rock es una válvula de escape, es una pasión también junto con el futbol, creo que es parte de la vida, te transporta a recuerdos que tan sólo con escuchar una canción te vienen a la mente buenos, malos, regulares. Es una pasión muy interesante, porque te tranquiliza, te motiva, te lleva a lugares del pasado en los que visité cosas buenas.
"A veces me tranquiliza muchísimo, a veces escucho una canción y me motiva, siempre es fundamental tener no sólo el rock, sino la música en tu vida”, compartió el Gatillero con RÉCORD.
Una pasión que le nació cuando era niño y fue inculcada por su padre, por lo que Paco la sigue disfrutando de la misma manera que lo hacía en su infancia. Además de que platicó con qué bandas creció desde niño.
“Mi gusto por el rock nació desde que era pequeño, en el negocio de mi papá escuchaba Rock & Roll, ahí empezaba a escuchar a los Rolling Stones, Kiss, Creedence, Led Zeppelin, ahí me comenzó a gustar y después fui conociendo más”, manifestó el estratega de los universitarios, de cara al duelo de este mediodía frente al Cruz Azul.
El timonel auriazul disfruta escuchar su música favorita, sobre todo a ciertos grupos, que se han hecho fundamentales en su pasión por el rock.
“Me gusta mucho Metallica, el rock de finales de los 80 o 90, Alterbridge, Disturbed, Him, Kiss... (Eso sí) ni canto ni toco, lo disfruto mucho de la música, pero no toco nada”, expresó Palencia, quien vive su segundo torneo como estratega de los auriazules.
EL FLAMENCO, UN PILAR EN LA VIDA DE JÉMEZ
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Así declaró la Unesco al flamenco en el año del 2010. Pero para Francisco Jémez va más allá. Representa un pilar en su vida, es algo que lleva en la sangre gracias a la influencia de su padre, Francisco Crespo Aguilar, un reconocido ‘cantaor’, mejor identificado como Lucas de Écija, quien encontró el sustento de su familia en este arte andaluz.
“El flamenco representa mucho en mi vida. Mi padre ha sido ‘cantaor’ de flamenco toda la vida, con eso nos ha criado a la familia, es una parte de mis raíces, de mi familia, de mi región, de mi ciudad, de mi país y me siento muy orgulloso de que me guste, porque no a todo el mundo le gusta, lo he vivido desde muy pequeñito”, dijo en entrevista con RÉCORD.
El director técnico de los Cementeros ve el flamenco como una oportunidad de mostrar al mundo parte de la cultura española, algo en lo que su padre ha colaborado y que le llena de orgullo, sobre todo porque reconoce lo que ha costado que este estilo se posicione a nivel mundial.
“También es una manera de exportar algo de España. Creo que el flamenco es reconocido mundialmente porque es un arte que se ha consagrado durante muchísimos años y muchas generaciones se han encargado de hacerlo.
“He tenido la suerte de que mi padre ha sido uno de ellos y me siento muy orgulloso de conocer el flamenco, de que me guste, y de que mi padre haya puesto su granito de arena para que el flamenco sea cada vez más grande”, dijo el entrenador ibérico.
El timonel de La Máquina se decantó por seguir a la pelota, ése fue el camino que tomó en vez de la tradición familiar, pero tuvo sus razones, ya que admitió que no tiene el don para formar parte de esta corriente artística.
“Dios no me dio ni la voz ni el talento de mi padre. Él tenía un don, cantaba como los ángeles. Si yo lo hubiera tenido, seguro que habría seguido sus pasos”, explicó al diario Marca.
