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Nacho Schneider, a 10 años de perder el ojo con Gallos vs Socio Águila

Ignacio Schneider en una conferencia de prensa
Ignacio Schneider en una conferencia de prensa | DANIEL GÁMEZ
El futbolista que perdió el ojo con Quéretaro, nunca dejó de luchar y ahora brilla en las canchas del Barrio Obrero
2018-09-13 | KARLA UZETA
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Hace 10 años la vida de Ignacio Schneider dio un giro inesperado, pues jamás se imaginó que haciendo lo que más amaba le ocurriría lo peor: perder el ojo izquierdo.

“Me enseñó a ser más fuerte y a que no toda la gente es buena y te quiere. Si miro a los costados no hay nadie. Fue un aprendizaje para endurecerme y saber con quién cuento y con quién no".

"Lo más doloroso es que un jugador perdió un ojo y sí hubo atenciones, pero en el momento porque vendía, tiempo después ya no hubo nada, nadie volvió a preguntar y no se dieron cuenta de que eso me dolió. No era un jugador, era una persona”, dijo el uruguayo a RÉCORD, quien una década después volvió a hablar con un medio mexicano para compartir cómo vive en Paysandú.

 

 

El 7 de septiembre de 2008, cuando al minuto 67' del partido entre Socio Águila y Gallos Blancos, en la entonces llamada Primera A, el defensa americanista Izaías Ramos le dio un codazo y cayó en el césped del Estadio Azteca.

 Schneider habla ante los medios de comunicación

A partir de ahí todo cambió para el uruguayo, quien platicó sobre su vida y cómo el futbol sigue estando presente, pues juega en el Barrio Obrero de una división amateur y considera que hace una vida normal.

“Todos los días me lo pregunto, sobre todo cuando me levanto a las seis de la mañana a trabajar o viendo jugadores que conocí, qué habría pasado si siguiera jugando en Querétaro.

Ahora estoy repartiendo agua, salgo muy temprano por toda la ciudad junto a un compañero que maneja y yo bajo los galones donde se necesita. Tengo la meta de comprarme mi casa, pero el futbol sigue. Juego sábados o domingos y por partido me pagan 3 mil pesos uruguayos (mil 745 pesos mexicanos)”.

 Ignacio Schneider protege el esférico de un rival