futbol.futbol_nacional.liga_mx.pumas.carlos-gonzalez-fichaje-auriazul-al-nivel-de-nico-castillo

Carlos González, fichaje auriazul al nivel de Nico Castillo

Carlos González festeja gol en su paso por Necaxa
Carlos González festeja gol en su paso por Necaxa | IMAGO7
Las estadísticas respaldan al nuevo delantero de Pumas, quien estuvo a la par del chileno en la tabla de goleo del C2018
2018-06-13 | KARLA UZETA
vdiaz
Comparte en:

Los Pumas no extrañarán a su goleador, al menos es lo que dicen los números. Y es que ante la salida de Nicolás Castillo de la escuadra auriazul, la directiva del equipo se dio a la tarea de contratar a Carlos González, quien hasta el torneo anterior era el goleador de Necaxa.

Tanto Nico como Carlos lideraron la tabla de goleo individual. El chileno entonces jugador auriazul, fue el segundo mejor goleador con 11 tantos en la Fase Regular, mientras que el paraguayo que jugaba en Aguascalientes ocupó el tercer puesto con nueve goles.

Y aunque Castillo hizo dos goles más que González, los números no están del todo disparejo. Incluso, Nicolas anotó en siete juegos de la temporada, mientras que el paraguayo lo hizo en seis. Lo que lleva a que el chileno que ahora jugará en el Benfica de Portugal, que jugó mil 681 minutos, anotaba cada 140 minutos de juego.

En tanto, Carlos tuvo mil 256 minutos de actividad y sus goles los hizo cada 139.6 minutos. Lo que significa que no hay mucha diferencia entre ambos goleadores, ni en la cantidad de anitaciones, ni en el tiempo en que anotan.

Es un hecho que en la mayoría de los rubros, Castillo registró mejores números, como es el caso de los remates a la portería rival, donde el chileno tiene 35 y el paraguayo sólo 24, aún así el nuevo jugador de Pumas tiene un porcentaje de efectividad mayor (51%, por 47.8% de Castillo).

La realidad es que la era de Nico en Pumas terminó, y comienza la de Carlos González, el delantero paraguayo proveniente de Necaxa y quien a partir de ahora será el encargado de hacer los goles en el cuadro auriazul y con ellos logre que la afición olvide a su exatacante.