Vaqueros de Dallas, 20 años sin estrella
Troy Aikman completó 23 pases de 15 intentos con un envío de anotación, Emmitt Smith corrió 18 veces para 49 yardas y dos anotaciones, mientras que el esquinero Larry Brown interceptó dos veces, ésas son parte de las estadísticas con las que Dallas ganó el Super Bowl XXX.
Los Vaqueros ganaban su quinto anillo de campeonato al imponerse 27-17 a los Acereros de Pittsburgh.
En 2015 se cumplen 20 años desde que el equipo de la ‘Estrella Solitaria’ apareció en el juego grande de la NFL. Es una de las sequías más extensas de los equipos de mayor importancia en la Liga y que al mismo tiempo son de los más seguidos en nuestro país. Quizá la de los Delfines de Miami sea la más larga, ya que no aparecen desde la edición XIX que se realizó en 1985.
No suena descabellado pensar que Vaqueros pueda jugar esta campaña en Levi’s Stadium y con ello romper tantos años de frustraciones.
Generaciones de jugadores han pasado, algunos talentosos y de renombre, otros no tanto, con la finalidad de llevar al equipo al Super Bowl; sin embargo, nadie ha tenido éxito. El deseo del dueño de Jerry Jones no se ha hecho realidad, trabaja afanosamente en ello, pero el final se termina con el mismo resultado.
Por los Vaqueros ya no está el corredor DeMarco Murray, quien fue líder de yardas terrestres de toda la Liga, con 1,845 yardas, pero conservan la misma línea ofensiva y mientras ésta sea capaz de proteger a Tony Romo y abrir los huecos que hicieron el año pasado con Murray, no tendrán problemas en la parte ofensiva, sector que terminó bien ranqueado en 2014. El equipo promedió 29.2 puntos por encuentro y 383.6 yardas totales.
La defensiva es joven y aunque no tienen jugadores de alto impacto se han hecho fuertes a base de jugar en conjunto.
Todos estos factores han ayudado a crear una alto nivel de confianza en la organización, tan es así que hace unos meses el mismo Tony Romo dijo que los Vaqueros están listos para jugar el Super Bowl.
Dallas tendrá que tener cuidado de Green Bay y Seattle en la NFC, los obstáculos más grandes que se cruzan entre ellos y el Super Bowl.
