Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Se marchita el Tri
El verde que fue intenso está perdiendo la tonalidad que nos enamoró. Las plantas en casa, para mantenerlas vivas, saludables y brillantes, tienen necesidades que hay que atender, como darles agua, luz, suelo especial y nutrientes. El Tri es igual, pero los protagonistas y directivos parece que se olvidan de cuidarlo y puede marchitarse.
“Es un desastre”, son las palabras que congelan el ánimo, que salen desde dentro de la Femexfut para referirse a lo que sucede con la Selección Mexicana y las juveniles.
La llegada de Gerardo Martino fue un bálsamo, fue la luz que necesitaba nuestra planta favorita, luego de que la llevaron a la sombra durante el ciclo de Juan Carlos Osorio. El Tata devolvió la esperanza.
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Pero no es suficiente. A nuestra planta le falta la cantidad de agua adecuada, elemento vital que son los mejores futbolistas, los consolidados. Las notables ausencias, entre caprichos y lesiones, le quitan la cantidad adecuada de riego a la Verde. Cuando los referentes le pierden respeto a la playera, el resto lo hará en cascada.
La pobre capacidad de convencimiento, o mejor llamémosle negociación, de los directivos de Selecciones para armar los llamados al Tri es una alerta que no se debe pasar por alto.
Además, el terreno donde está plantada es de lo más pobre, le faltan nutrientes. La Copa Oro no ayuda, un torneo de paupérrimo nivel aporta poco a nuestra Verde. Hacer el certamen de la Concacaf cada dos años es un exceso que sólo lo justifican los dueños de los derechos de transmisión.
Tenemos a un tremendo jardinero, como el Tata Martino, pero sin las herramientas y elementos adecuados para trabajar, no servirá de nada. Nuestra planta es atractiva por tradición, pero puede perder su salud y encanto si no la atienden como debe.
SE TENÍA QUE DECIR...
Cuando las ‘estrellas europeas’ son convocadas al Tri, se le hace poco caso a los futbolistas ‘locales’, pero hoy que los que militan fuera no quieren venir, los de casa están felices y ahora sí se sienten valorados. Que ganen su lugar y que no se extrañe a los otros.
...Y SE DIJO
