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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Chivas: ninguna "misión imposible"

2020-01-07 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Lo primero que debe entender Chivas es la trascendencia de su nombre, de su camiseta, de su estirpe. Si no está al nivel de Rayados, de América  o de Tigres, debe luchar por estarlo, con sus propias virtudes y hasta con sus defectos,  debe encontrar la forma de subsistir en la lucha y de pelear por el campeonato de Liga.

Si me preguntan qué tan cerca está Chivas hoy de volver a ser campeón, diré que no será sencillo, pero que se trata de ninguna 'misión imposible' y en la medida en que todos los actores involucrados se convenzan de ello, será más factible lograrlo. 

La expectativa nunca puede superar a la realidad. Chivas es hoy más expectativa que realidad, pero eso parece bastarle a su pasional pueblo, luego de cinco temporadas vergonzosas donde su mediocridad ni siquiera alcanzó para meterse a la Liguilla. 

Los nombres que aparecen como refuerzos en esta poderosa inversión de Amaury Vergara no son —como  aseguran algunos, equivocadamente— los mejores futbolistas mexicanos del momento. Son los que están  disponibles y la mayor parte de ellos —Guzmán, Antuna, Macías, Calderón, Madueña— son jugadores que prometen al futuro. 

Están en una edad óptima para adaptarse a la estructura e idiosincrasia del club y tratar de encontrar una armonía bajo la conducción de Luis Fernando Tena, una condición y un estilo futbolístico que les permita ser competitivos en estos tiempos, algo de lo que mostró este equipo en la parte final del campeonato pasado. 

Una idea de juego, una estricta concentración y mucho, muchísimo entusiasmo que puede traducirse en entrega y espíritu combativo. Ese Chivas deberá mostrar un juego que le aproxime a la Liguilla. Después no se trata de decir: "Dios dirá...", pero en esa lucha final que propone el futbol mexicano por ser campeón, dependerán de varios factores para conseguir el cometido. 

Hoy, para decirlo como es, Chivas no está al nivel de Rayados, América, Tigres y hasta de Santos, Cruz Azul, y quizá el Pachuca, pero tratará de 'sobrevivir' en ese nivel de competencia, cosa que no ha hecho desde el campeonato conseguido por Matías Almeyda en el verano de 2017. 

Es verdad que la reconstrucción que encabeza Ricardo Peláez le dará más cuerpo y fondo al equipo que lo que afrontaron las poco afortunadas gestiones de José Cardozo y Tomás Boy, pero Chivas seguirá dependiendo de que esos futbolistas se adapten a cierta forma de jugar y mantengan una estructura  sólida, basada, primordialmente, en la disciplina. 

Tanto Luis Fernando Tena como Peláez tienen mucho trabajo qué hacer. Son, indudablemente, los personajes  adecuados para hacerlo. Un entrenador de gran experiencia, recorrido que suele tener una relación muy clara y convincente con sus futbolistas y un dirigente de carácter, frontal, que no se guardará nada. 

Lo primero que ambos han hecho está en 'el manual' de su trabajo: hacerle entender al futbolista lo que significa Chivas, el peso de la camiseta, la trascendencia de sus acciones y hasta de sus inacciones y la necesidad impetuosa que tiene el club de volver al protagonismo. 

¿Que hay mucha presión en el entorno? Sí, pero es Chivas y aquel que no entienda y acepte el compromiso de la presión debe buscarse otro lugar. Aquí hay presión desde que el balón ruede este fin de semana. Chivas debe jugar para ganar, para sumar puntos, para meterse a la Liguilla y para ser una serio contendiente en la lucha por el título.

Es verdad que los tiempos se han transformado en el futbol mexicano. Que a Chivas, por su naturaleza  y sus tradiciones, le ha costado trabajo mantenerse en el nivel que le corresponde. No se trata, sin embargo, de algún tipo de 'misión imposible'. Ya bajo ese estatus, Matías Almeyda fue capaz de generar un cuadro competitivo y que levantaba trofeos. Lo mismo debe lograr el binomio Tena-Peláez. 

La expectativa y la realidad. Una no puede superar a la otra. Deben ir de la mano. La expectativa en Chivas es buena. Se han dado los pasos apropiados. Primero, antes que nada, el arribo a la presidencia del club de Amaury Vergara, un hombre que parece consciente y maduro, a pesar de su juventud e inexperiencia, de lo que significa el club, de su valor y de la casi obligación que tiene de mantenerse sano y competitivo. 

Luego la llegada de Peláez, un dirigente serio, trabajador y honesto —esto último no tendría que ser recalcado, pero en nuestro futbol hay muchas historias terribles de deshonestidad y corrupción—. 

Y también un entrenador como Tena que conoce los terrenos que pisa y que puede encontrar la forma de hacer funcionar a estos futbolistas. Y un plantel que ha sido reforzado de forma inteligente, con sangre nueva, dispuestos a tomar los riesgos y las necesidades de vestir la camiseta rojiblanca. 

El 2020 debe ser el año del Guadalajara. La Liguilla es una necesidad y un requisito. ¿Y competir por el título? Quizá, bueno, seguramente sin las mismas garantías que equipos como Rayados, América y Tigres, pero sí con la personalidad, la dignidad y hasta la gloria que significa llamarse Chivas. Ser campeón no es ninguna 'misión imposible'.

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