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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Domingo de palpitaciones

2019-02-15 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Es Pumas o es Nico. Alguno de los dos palpitará más que el otro...

Y resolver un 'trauma', enfrentar sus consecuencias, sanar cada una de las heridas. Transformar el horizonte. Pumas y Nico Castillo tienen un domingo casi 'sagrado'. Ninguno de los dos lo puede desperdiciar.

A tan sólo semanas de aquel terrible choque emocional de las Semifinales, Pumas tiene una oportunidad no sólo para saldar algunas "cuentas pendientes" con América, también de ganar en moral, quizá el ingrediente más preciado de su camiseta y de su equipo de futbol.

Pumas no tiene el presupuesto ni el plantel de su tradicional e histórico rival de la capital. Tampoco está a la altura de otros contendientes al título como Tigres, Rayados, Cruz Azul o Toluca, pero la garra y el espíritu pueden suplir muchas carencias. A partir de ello, son válidas las creencias de que Pumas se pondrá al nivel del América sin pertenecer a ese nivel. Debe hacerlo como siempre lo ha hecho: con un corazón palpitando a mil por minuto y con una lucha férrea en cada rincón del campo.

Históricamente y más allá de sus desventajas, Pumas se las ha arreglado casi siempre para competirle cabalmente al América.

Bruno Marioni sabe que repetir el campeonato anterior es prácticamente imposible. Pumas fue por encima de sus posibilidades reales y sacó triunfos y puntos donde tenía pocas opciones. Escondió sus debilidades y llegó a confundirnos de que jugaba en la misma escala que los grandes favoritos -Cruz Azul y América-. Todo se derrumbó en el momento menos apropiado, en una Semifinal, en el Azteca, ante el acérrimo rival. Pumas se hizo añicos de forma dolorosa y dramática. No era necesario tanto sufrimiento y tanta angustia después de una temporada esperanzadora.

Ganarle al América sin tener las mismas posibilidades futbolísticas no es imposible. Parte desde las entrañas de un equipo que parece tener una identidad mucho más clara que el rival en cuanto al significado del escudo, de los colores y de quien es siempre el rival a vencer. La cantera de Pumas, sus jugadores de “sangre pura”, hechos en el Pedregal y concebidos para tratar de vencer siempre al rival que viste de amarillo, si Pumas se pone de frente al sol del domingo en Ciudad Universitaria, si escucha el 'Goya' profundo que se desprende desde el palomar y el pebetero, y huele la sangre y el deseo de sus aficionados, habrá competencia, un partido cerrado y posibilidades de una sorpresa.

La atención y de paso la tensión del juego estará depositada sobre Nico Castillo, el chileno que firmó para el América habiendo prometido casi un 'amor eterno' por los colores de Pumas.

Castillo entiende que será perseguido por la miradas y acosado por los suspiros del Olímpico. Marcar el territorio como un perro hambriento de gloria y responder a la expectativa que generó su llegada están dentro de la agenda del domingo.

Su presentación ocurrió en medio de un accidente -de frente- que el América sufrió en casa el sábado al caer con el León por una abrumadora diferencia de tres goles. Nico abría la boca ya no ante las cámaras y micrófonos, sino sobre el césped del Azteca y ante la altitud de la Ciudad de México que había olvidado.

El chileno entiende también que llega a un club que recién levantó una Copa sin su presencia, pero que América está permanentemente necesitado de algo más para satisfacer la insaciable sed de su afición. Él tiene el juego, las herramientas y la personalidad para hacer del América un equipo de juegos pirotécnicos. La pólvora está lista en CU.

¿Es Pumas o es Nico? Uno de los dos prevalecerá en el Pedregal. Lejos de ser un duelo estrictamente futbolístico, será una batalla por controlar y acelerar las pulsaciones del corazón. Para Pumas, el resultado puede ser un parteaguas en su temporada que ya incluyó un cambio de entrenador. Puede darle confianza y fuerza a la campaña de Marioni, un técnico debutante. Y para Nico Castillo, es una excelente ocasión de desprenderse para siempre de la piel auriazul y colocarse la del equipo que él mismo ha llamado "el más grande" de México hace sólo unos días.

Domingo sin desperdicio. O es Pumas o es Nico. Uno de los dos palpitará más que el otro.

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