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Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Lo que Emilio quiere...

2019-08-02 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Puedo casi imaginarme algo así para diciembre, cuando los señores Baños y Herrera entreguen el informe de lo sucedido en el recién concluido torneo:

"Don Emilio, no ganamos el campeonato, pero vendimos a tres futbolistas y tenemos finanzas sanas...".

Al América y al dueño del América no le basta con eso. Este es uno de los pocos clubes del futbol mexicano que se maneja basado en la pasión y el orgullo y no en el dinero. El América, desde que fue adquirido por la familia Azcárraga, nunca ha sido un equipo pobre. Su 'pobreza' radica justo el día en que debe ver, cabizbajo, en la cancha o en la televisión, cómo otros elevan y sacuden el trofeo de la gloria.

El América no está concebido para producir jugadores o para desarrollaros y venderlos a otros mercados. El América ha sido siempre un consumidor más que un productor. Se le fue Edson Álvarez y se van, con el torneo comenzado, Uribe y Marchesín. Entiendo los tiempos que vive la empresa que es propietaria del club. No son épocas de bonanza económica ni de derroches espectaculares. Las operaciones -y debemos incluir la venta de Lainez en diciembre- significan, indudablemente, un estupendo negocio de los señores Baños y Herrera, pero el principal cometido y 'negocio' del América radica en ganar el trofeo de campeón. Y está claro que sin esos jugadores, el cometido se aleja o será mucho más complicado.

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El América se está convirtiendo en algo que nunca fue: un equipo vendedor. La semana pasada fue Edson Álvarez… Ahora Mateus y Marchesín. El América no está para hacer negocios en la oficina. Sus 'grandes negocios' siempre los hizo en la cancha. Su mejor negocio es levantar el trofeo de campeón. Es un equipo de consumo, no de producción para otros. Ahora, de pronto, afronta el campeonato sin Edson, sin Marchesín y sin Uribe, lo que en apariencia lo pone en clara desventaja ante sus opulentos rivales, como Tigres, Rayados o Cruz Azul.

Nadie espera que el América sea inmune a los efectos de la exportación de futbolistas. Se fue Edson que se convirtió muy pronto en un elemento indiscutible de la alineación inicial. Se va el mejor portero de la Liga MX, un guardameta que marcaba diferencia y muchas veces 'maquillaba' los defectos del equipo. Se ha ido, también, un volante que cumplía con un trabajo completo en el equilibrio y el armado de la ofensiva. Las tres salidas, seguramente, generarán un daño difícil de sosegar a pesar de lo imberbe del calendario en este Apertura 2019.

Santiago Baños y Miguel Herrera estaban, ciertamente, preocupados por las intenciones del Porto de Portugal. “No hay oferta por nadie”, se apresuró a señalar el entrenador el sábado al término del juego en León. “Pero aquí no tenemos a la fuerza a nadie…”.

Durante la pretemporada y mientras estuvo abierta la ventana de transferencias domésticas, Baños y Herrera se prepararon como pudieron para una contingencia como ésta. La llegada de Rubén González (Necaxa) y de Leonel López (Toluca) ha tratado de apaciguar la salida de Álvarez al Ajax holandés, pero no para suplir a un futbolista como Uribe que aporta otro tipo de condiciones en el mediocampo. Mucho menos parece estar listo el América para encontrar, de la noche a la mañana, a un sustituto de Agustín Marchesín, quien se ha convertido en una figura y líder del plantel dentro y fuera de la cancha.

Por la calidad de Edson Álvarez, es indudable que el América sufrirá su ausencia, pero para ello cuenta con uno de los mejores futbolistas de la Liga MX en esa zona del campo, el argentino Guido Rodríguez. Uribe es un futbolista que suele aportar más juego ofensivo y Marchesín es, para muchos expertos, el mejor portero del futbol mexicano. Suplirlos a esta altura -y a cualquier altura del torneo- es prácticamente imposible. Pero cuando los clubes europeos quieren o necesitan algo, suelen ir por él, no al precio que sea, pero sí atormentando la mente del propio jugador sobre el futuro que le puede significar dar un paso al futbol europeo.

El América no es inmune a la 'fuga de talento'. Vender jugadores le puede significar un gran negocio, pero el América no está para hacer negocios. Su principal negocio es ser campeón. Con lo que se la ha ido, estará más lejos de ese cometido.

Baños y Herrera saben muy bien lo que Emilio quiere escuchar en diciembre: “Aquí esta el trofeo, señor...”

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