Las declaraciones

Con mucha atención estuve escuchando los comentarios que Arturo Brizio hizo referente al VAR en la Liga MX. No dudo que este sistema esté ayudando a mejorar algunas decisiones del arbitraje, mas no al arbitraje.

Si basa en números y estadísticas que es uno de los mejores o el mejor del mundo, me parece que está equivocado. Los datos demuestran que hay una exagerada participación del VAR, demostrando la baja calidad del arbitraje mexicano y que hay demasiada dependencia del sistema.

Lamentablemente, muchos árbitros se están volviendo muy comodinos e irresponsables para tomar decisiones importantes en los juegos.

Hemos visto de todo, árbitros que ocupan del sistema hasta cinco veces en un partido, cuando habían dicho que serían tres por jornada; que una misma jugada la revisan en dos ocasiones y toman la decisión equivocada; jugadas muy violentas que son mal calificadas y se amonesta en lugar de expulsar; fueras de juego en saques de banda; gran pérdida de tiempo por el exceso de revisión; en general, la exagerada influencia en toma de decisiones de la gente del VAR.

Hay que darse cuenta que esto mejoraría si los silbantes y la gente que opera el VAR tuvieran una mejor capacitación; si se elevara la exigencia en la selección del personal que opera el sistema; y si la gente que labora en la Comisión de Árbitros estuviera mejor instruida y fuera de mejor calidad humana. Ven su estadía en la Comisión para mejorar semana a semana su economía y no el arbitraje; crean grupos que desunen y terminaron con la competencia sana y deportiva. Por eso a nadie le importa mejorar, ya que con actuaciones muy malas son designados la siguiente semana. Así nunca veremos que el arbitraje tenga progreso y se seguirán dando los mismos horrores cada jornada.

Hay gente valiosa en el arbitraje, pero si no hay cambios radicales en la capacitación, seguiremos igual o peor. Hay que agregar que las designaciones ya no se ganan por buenas actuaciones, ahora la amistad con ciertos comisionados es lo que decide quién pita.

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LA JORNADA

Marco Antonio Ortiz tiene todo para ser el mejor árbitro de México, pero lo que hizo en Juárez no le va a permitir serlo. Era muy sencillo bajarle la bandera a su asistente cuando señaló un fuera de juego inexistente, porque vio claramente que el defensor habilitó al atacante; inventó un penalti o trató de adivinar que existía falta. Son jugadas claras que indican que los árbitros no están concentrados y que esperan que el VAR les resuelva sus errores. Dejaron de ser la máxima autoridad en la cancha.

Sucedieron dos jugadas de penalti que no fueron revisadas por el VAR, la mano del minuto 94 en Morelia, donde no se sanciona penalti a favor de Chivas; y la de América, cuando cometen falta sobre Guido Rodríguez y la cobran fuera del área de penalti, cuando el jugador estaba sobre la línea, además de que dicha acción era expulsión para Jair Pereira. El VAR no aconsejó a los árbitros que revisaran dichas situaciones.

Otros casos donde intervino el VAR en forma incorrecta son las manos en Morelia y Necaxa. Pidieron revisar jugadas en las que el balón pega en la mano y no son sancionables. Esto habla del bajo criterio de la gente que está en el sistema. Situaciones que había resuelto bien el árbitro, pero les ocasionan duda y revisan acciones que no deben de revisar.

Hay serios problemas en la técnica arbitral. Los colegiados estorban, les pega el balón, esto derivado de que no saben ubicarse; no tienen lectura de partido y mucho menos saben anticiparse a la jugada, esto lo sustituyen corriendo en forma excesiva, por lo que la calificación de faltas es equivocada. Hace falta mucho trabajo de aula y cancha. No es posible que árbitros FIFA y novatos tengan los mismos problemas en cada partido por estas causas.