Luis Castillo
Jefe y coordinador de contenidos en la Octava Sports | Radio Centro, que pone al alcance información detallada del futbol mexicano.
Estabilidad, reto azulgrana
Consistencia es lo que ahora Atlante debe de buscar de parte de Emilio Escalante, propietario del club, tras la salida de Cristian Barrientos como parte de la directiva azulgrana, con un comunicado fuerte mencionando que entre este joven directivo y la institución no coincidieron los valores éticos y morales que representan a un club, dejando a la imaginación cualquier cantidad de especulaciones respecto a la salida de este directivo.
Peculiar la salida de Barrientos es cierto, habrá que esperar si tanto el club como el exdirectivo apuestan por que este episodio quede en el olvido o si realmente se transparenta la salida de Barrientos.
Emilio Escalante, como en algún momento expusimos en este espacio, es un empresario exitoso y seguramente así como sus demás unidades de negocio son rentables y competitivas, buscará que Atlante vaya por el mismo camino.
Ahora tendrá que dejar la responsabilidad del club en Jorge Santillana exjugador de Pumas, Cruz Azul, Tigres, entre otros, pero con nula experiencia en la gestión de una entidad deportiva, si la apuesta es por Santillana, invariablemente el equipo vivirá una curva de aprendizaje en todas las áreas, ¿Estará dispuesto Escalante a asumir este riesgo?
La otra opción es buscar una persona que pueda asumir el control administrativo y deportivo del equipo, una persona que tenga el bagaje suficiente para sortear todas las vicisitudes que hay dentro de la industria; alguien que pueda encaminar el proyecto deportivo, pero que también tenga esa expertis para poder pararse en las reuniones de la Liga de Expansión MX y representar dignamente al equipo azulgrana.
Este cambio debe de ser un punto de inflexión para el propietario del equipo, estar dentro de la industria no sólo es tener un primer equipo, va más allá, por ejemplo tener una sólida estructura en las fuerzas básicas, que le permita generar talento al equipo y que tenga un semillero.
La forma como se armó el proyecto del Atlante para esta temporada te puede dar resultados a mediano plazo, como sucedió al llegar a una Final, pero fincar un proyecto mediante la improvisación a la larga resulta contraproducente.
Nombres puede haber muchos, seguramente en estos días Emilio Escalante recibió decenas de llamadas telefónicas o mensajes de Whatsapp, si realmente el propietario del equipo quiere que Atlante tenga los éxitos que tanto él como la afición espera, debe de apostar por la profesionalización en todas la áreas para que pueda ir cumpliendo los requisitos par ser aspirante a estar de nueva cuenta en la Liga MX mediante un campeonato (esto seguramente será a mediano plazo) o por una invitación por una posible expansión en la Liga MX.
Una franquicia con tanta prosapia por supuesto que se añora ternerla de regreso en la Primera División, pero es indudable que si hay esa aspiración legitima de volver al Máximo Circuito, en Atlante tiene que cambiar los modos románticos de manejar un equipo y apostar por la profesionalización.
Un claro ejemplo de cómo se debe ejecutar una estrategia para poder establecerse en el futbol mexicano, es Necaxa con la familia Tinajero encabezada por Ernesto y Santiago, ambos tomaron al equipo en el Ascenso MX, se rodearon de gente que conocía la industria como Luis Torres Septién, regresaron al equipo rojiblanco al Máximo Circuito, y mediante un modelo de negocio bastante interesante con la compra y venta de jugadores, lograron la estabilidad que también este equipo histórico del futbol mexicano no tenia, incluso con el poderoso cobijo de Televisa. Hoy Necaxa, pese a presentar altibajos, la familia Tinajero logró rescatar una franquicia icónica del balompié mexicano.
El camino está por ahí para el Atlante, si buscan basar sus estrategias mediante el romanticismo y la improvisación estarán condenados al fracaso.
