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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Cruz Azul y Atlas: Malaria

2018-02-20 | Luis García
LUIS GARCíA
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Otra semana más en la que este par de clubes sufren, sensación y sentimiento al cual se han habituado, da la impresión que les resulta normal vivir bajo esa influencia. Ganar suele ser una costumbre, así como el claudicar también resulta una costumbre, y penosamente ambas entidades llevan tiempo abrazadas al último y doloroso escaño.

El sábado en su estadio, Cruz Azul volvió a ejercer de Cruz Azul, ese equipo que durante ciertos pasajes posee ideas claras, pero que cuando avistan el puerto empiezan a hacer todo lo contrario de lo que les viene dando réditos. Ante el Puebla, equipo que no le sobra nada, pero con enorme corazón, les sucedió otra vez lo mismo, les invadió el miedo al éxito, los asfixió el pánico a triunfar. Mucho tiempo antes de que terminara el juego y sin ninguna necesidad prescindieron de la pelota.

Soy un absoluto creyente que defender sin el balón es medular y todos los equipos deben saber hacerlo; incluso, los mejores clubes del planeta lo hacen con pulcritud, pero eso es diferente a renunciar por completo a ofender, cosa que Cruz Azul hizo durante más de media hora de partido.

Pensar en culparte en exclusiva, Pedro Caixinha, sería una torpeza, esta triste zona grisácea en donde transita tu escuadra tiene largos años, la han venido gestando desde tiempos inmemorables como para pensar que un hombre, un redentor, vendrá con una varita mágica a erradicar múltiples estaciones de oscuridad.

En relación con sus futbolistas, revisemos algunos nombres propios que son quienes mantienen la barca a flote, y a otros que se empeñan en ser severos lastres. Empecemos por lo bueno, y eso significas tú, Jesús Corona, tú eres la luz de los tuyos, cada duelo funges como salvador, cada enfrentamiento alguna destacada atajada realizas, incluso algunos pretendieron responsabilizarte del gol del poblano Acuña, cruel mentira, achicaste de manera magistral el ángulo de disparo, y de manera fortuita tu rozón con la mano izquierda permitió que la jugada del Puebla se alargará y viniera su anotación, ahora, si no sales, te liquidan una jugada antes.

El otro faro con brillo eres tú, Edgar Méndez, no podemos obviar tu impericia de escupir a un contrario, cosa que te costó seis partidos, pero tu regreso es un halo de esperanza, eres un fabuloso futbolista, a mi entender vives y juegas muy escorado a la derecha, sin tanta libertad, pero desde esa trinchera generas linduras para los tuyos.

Y el otro ente luminoso eres tú, Rafael Bacca, hoy existe una brutal dependencia en tu espalda, en tus piernas, en tu alma y en tu andar, saliste por lesión, penetraron las dudas y se desarticularon.

Ahora voy con los lastres, lo tuyo, Walter Montoya, ya es de escándalo, Jornada 8 y no nos has regalado nada de nada, eres un fantasma chocarrero en la cancha, traes la ‘10’ del azul, y hasta ahora estás sumamente lejos de tal distinción. Y ustedes dos, Martín Cauteruccio y Felipe Mora, están resultando de escasa ayuda, si bien tú, Felipe, llevas una tercia de pirulos, no se les percibe como esos delanteros matones, de probada envergadura, capaces de incordiar con la simple presencia.

Pasemos con el Atlas, al igual que el Cruz Azul, pretender culpar a su estratega sería impropio, tú, Rubén Omar Romano, no eres el malo de la película, tú vienes arribando a una entidad que lleva tiempo naufragando y cambiando de rumbo con una facilidad que espanta.

El simple hecho de haber corrido en la Jornada 2 a José Guadalupe Cruz, es el perfecto ejemplo de lo anterior, tiraron por la borda la pretemporada realizada, así como la elección de refuerzos y el aval de las migraciones de tres titulares como ustedes, Madueña, Salas y Alustiza.

Si bien los dos primeros nos son figuras del futbol nacional y el tercero vive abrazado a su pasado buen andar en Puebla, prescindir de tres jugadores fijos en tu once tipo resulta incomprensible en el entendido de que el club no excede en elementos futbolísticos de prosapia como para deshacerse de lo probado.

Un tópico espinoso y equívoco es que pretendiendo dar gusto a su afición; solidaria, generosa, pero exigente afición, han permitido que la agenda deportiva la dicte la grada, cuando tomas decisiones intentando quedar bien y no por convencimiento la gestión deportiva se empantana.

Hoy cuentan con pocos futbolistas con los cuales ampararse, el más me parece que eres tú, Milton Caraglio, un solitario delantero que padece más de lo que goza, son prácticamente nulas las ocasiones que tus compañeros te dan parque, tienes que rebuscarte la vida como puedas, siendo lo increíble que lo haces, y que más allá de vivir en el ostracismo y no por tus pecados, nunca reclamas, siempre estás dispuesto a servir a los tuyos, por más que los tuyos te ayudan poco.

Otra piedra angular eres tú, Rafael Márquez, pero es tal tu envergadura que se cree taparás todas las fisuras, cuando tampoco vives uno de tus mejores momentos de forma, cuestión natural, cuestión de vida laboral. No te pueden abandonar esperando que saques la capa de superhéroe y remedies todo.

Han apostado por estas contrataciones pomposas, diferentes, innovadoras, apellidos como el de ustedes, Morrison, Aboagye y Henríquez, son ejemplos de lo anterior, penosamente hasta el momento se han quedado a la mitad, no han sido ni mediáticos ni soluciones deportivas.

Tanto Cruz Azul como Atlas son dos hermosas y pintorescas entidades de la pelota en nuestro país, y por encima de filiaciones y colores, verlos a la deriva no resulta nada grato

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