Federico Viñas: chamaco

El ecosistema al cual llegas, o en el cual vives, suele ser esencial para la explosión de las ideas y las maneras, y tú en el América has encontrado un paraje en el que estás protegido, y gradualmente has ido abandonando el refugio para asentarte como un futbolista válido para la organización.

Si bien tu actual club ha colocado futbolistas mexicanos en Europa, y ha tenido jugadores nacionales de ensueño, normalmente su política deportiva descansa en la contratación tanto foránea como del mercado local. Es cosa de revisar el último once que saltó al Estadio Azteca, sólo dos elementos surgieron de sus entrañas, Guillermo Ochoa y Sebastián Córdova.

Esta entidad está obligada a tener en sus filas a los mejores personajes, pero dado el enclenque lineamiento de poder tener múltiples futbolistas extranjeros, así como en ciertas ocasiones el nulo rigor en las contrataciones lejos de nuestras fronteras, hace que cualquier futbolista que arribe de afuera a la organización amarilla sea severamente analizado.

Contigo no fue la excepción, cuando surgió tu nombre y apellido, existieron profundas dudas, máxime por tu edad, cumpliste 21 años a mitad de año, tu bagaje por cuestiones naturales era escaso, bueno, lo sigue siendo, tu etapa de aprendizaje está en ciernes. Pero los buenos futbolistas aparecen en momentos cumbre, a ti se te abrió ligeramente la puerta por algunas lesiones y circunstancias, y decidiste atravesarla y destrozarla, y hoy luces como un titular indiscutido.

Observar a un deportista por la televisión limita el análisis, si bien la actual tecnología te ayuda enormidades, verlo en vivo es primordial para establecer ciertos criterios. Tuve la fortuna de verte jugar ante Monarcas, y me sedujiste brutalmente. Cuando tengo la posibilidad de toparme con un delantero que piense, me vuelvo presa fácil de sus encantos, y tú posees varios.

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El primero es que eres un tipo serio, y penosamente de esos no abundan, no buscas engañar, eres leal cuando compites, eres bravísimo en la disputa física, eres generoso en el esfuerzo, y solidario con los tuyos.

Lo otro, y para mí más destacado, es tu inteligencia para moverte, tu brillantez para encontrar posición de remate, o posición que te favorezca. A diferencia de muchos delanteros, tú casi siempre estás del lado opuesto del emisor, a quien tiene la pelota, sin importar quien sea de tus compadres, les proporcionas un amplio margen para que te hagan llegar la misma. Les facilitas la vida para que te habiliten, les resulta sumamente sencillo encontrarte, pero en gran parte es debido a tus sagaces movimientos.

Fusionas fuerza con técnica, pretende desplazarte es una práctica casi imposible, pero aparte de que usas tu sólida envergadura para ganar sitio, tu solvencia con los pies hace que resulte aún más complejo sostenerte, y qué decir de cómo utilizas la cabeza para rematar, sencillamente eres lapidario en este rubro.

Para ser uruguayo se te percibe calmo. En lo personal me encantan los jugadores uruguayos, su grado de compromiso, su voracidad, su amor propio, su estirpe, es envidiable y plausible. Tú tienes todo lo anterior, pero desde la discreción, cosa que te vuelve más peligroso para tus oponentes, que quedan varados cuando les avientas tus variadas habilidades robustecidas por tu temperamento charrúa.

Me da mucho gusto que en la locura de la importación, la cual después de la Junta de Dueños empezará a ser contenida, se encuentren hombres que ilusionan y alegran como tú.

Eres, y seguirás siendo un escuincle un rato más, tu corta edad así lo determina, pero tu avance es sólido, tu ascenso es palpable. Siendo lo mejor de tu historia que dicho crecimiento lo estás fincando en un trance en el que se están definiendo cosas maravillosas para tu equipo, nada más, y nada menos que otro posible campeonato.

Cuando se participa cardinalmente en los éxitos grupales de renombre, tú lo estás haciendo a carta cabal, la risa tiende a ensancharse, y la plenitud no se puede ocultar, por más que seas un personaje sobrio. Es por ello que lo del préstamo del Club Atlético Juventud será una simple anécdota, estoy cierto te veremos por acá mucho tiempo, cosa que celebro.