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Corredora narra su odisea en la prueba Ultra High

Nahila Hernández durante una competencia
Nahila Hernández durante una competencia | NAHILA HERNÁNDEZ
Nahila Hernández nos comparte la odisea que fue superar dicha actividad
2016-09-30 | NAHILA HERNÁNDEZ
ramozurrutia
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La Ultra High nace con la idea de ser la ultra más cruel del mundo y tiene bien merecido el nombre, porque la combinación distancia-tiempo-altura-entorno la hace una carrera muy difícil de lograr.

Tiene 111 km, 222 km y 333 km. Definí ir por los 222 km porque tuve una cirugía a fines de marzo, no tenía el tiempo suficiente para entrenar y no iba a tener la posibilidad de hacer entrenamiento de altura como correspondía.

Después de muchos aviones y horas logramos llegar a Leh, en la zona de los Himalaya. Ahí empieza la odisea. Mi maleta no llegó y quedamos varados en una región con malas condiciones higiénicas y me empecé a sentir mal y terminé en cama con vómito y diarrea.

Los médicos decidieron que tenía dos escenarios: uno era no salir por mi estado físico y el otro era cambiar a la distancia de 111km. Los doctores lo discutieron con el director de la carrera y me dieron la posibilidad de hacerlo.

La estrategia fue muy concienzuda por el hecho de que mi cuerpo no estaba tolerando ningún tipo de nutriente. En el primer punto de descanso llegué completamente mojada. Me dieron un té y me revisaron los doctores. Tomé algo para el dolor de cabeza y después de uno 50 minutos seguí camino.

Quince kilómetros faltaban para alcanzar el punto máximo. Caminé y, sin querer, pasé a seis u ocho corredores que estaban subiendo. Casi llegando a la cima, empezaron a caer piedras. Verdaderamente atemorizante el escenario: del lado izquierdo, el despeñadero; del derecho, nieve derritiéndose. Apreté el paso lo más que pude sin correr. Llegué al Khardung La. Empezaba el descenso.

Crucé la meta tan contenta, muscularmente fuerte, fisiológicamente vacía y mentalmente agotada de hacer lo que tenía que hacer para garantizar llegar a la meta: corrí con la cabeza. Lo más lindo es ser la primer mujer que logra terminar los 111 km en menos de 20 horas.

A fin de cuentas, los doctores no dan crédito cómo pude terminar la carrera sin consumir casi nada, les queda la interrogante médica de cómo fue posible correr esos 111 kms en mis condiciones y terminar entera.