El serpentinero mexicano Andrés Muñoz se ha consolidado esta temporada como uno de los mejores cerradores de las Grandes Ligas, con 13 salvamentos y una efectividad impecable de 0.00. Sin embargo, detrás de ese dominio en la lomita, el “Plebe” guarda algunos secretos… y esta tarde los ha revelado.
El primero es más cabalístico que técnico. Aunque asegura no ser supersticioso, Muñoz confesó que no ha cambiado sus spikes en lo que va de la temporada, un hábito que, sin querer, se ha convertido en amuleto.
“Esos spikes… esos spikes, yo no los cambio. Traigo los mismos, ya tienen un hoyo, pero ahí van a seguir. Esperemos que duren mucho. Trato de no ser así, pero muchas veces es inevitable”, compartió entre risas el mochiteco ante los medios.
El segundo secreto tiene más que ver con su mentalidad: transformar el miedo en enojo. Andrés reconoce que todavía siente nervios cada vez que lo llaman desde el bullpen, pero ha aprendido a canalizar esa energía de una manera positiva.
“Yo trato de cambiar los nervios por enojo. Obviamente muchas veces es muy difícil hacer eso, porque no siempre se puede, depende de la situación, de la adrenalina… pero lo intento”, explicó.
“Las emociones son como estar enojado, pero al mismo tiempo en control. Cuando tienes esas dos combinaciones, das lo mejor posible. Te llega la adrenalina, y a veces sientes que no estás tirando tan duro, pero ves la velocidad y te das cuenta de que sí, porque la adrenalina te lleva a eso”.
Con solo 25 años, Andrés Muñoz no solo se ha ganado un lugar entre los mejores taponeros del momento, también se ha convertido en ejemplo de cómo la disciplina mental y los pequeños rituales pueden marcar la diferencia en el máximo nivel.
