La noche en el Dodger Stadium brilló con una nueva página en los anales del beisbol. Ahí, frente a miles de fanáticos y ante la mirada atenta de la historia, Max Scherzer volvió a demostrar por qué se le considera uno de los grandes intérpretes del montículo. Con su mirada feroz, su envió preciso y su habitual intensidad, Scherzer alcanzó un hito que ningún otro lanzador había logrado: convertirse en el primer abridor en la historia de la Serie Mundial que inicia para cuatro equipos distintos.
Para los aficionados de los Toronto Blue Jays, su presencia no sólo representa un refuerzo en la rotación de pitcheo, sino la promesa de experiencia, temple y liderazgo en el momento más exigente de la temporada. Hoy Scherzer no sólo lanza: escribe otra línea de legado.
En el otro extremo, la presencia de Clayton Kershaw —quien se despedirá al finalizar esta Serie Mundial— sumó al dramatismo de la velada. Ambos lanzadores, que ya forman parte del exclusivo club de los 3 000 ponches, protagonizaron un duelo simbólico y a la vez real, en el que el ya veterano Kershaw afirmó sobre su colega: “Es divertido vernos crecer juntos y poder hacer esto. Es muy divertido”.
Scherzer hace historia en la apertura
Durante el Juego 3 del Clásico de Otoño, Scherzer se convirtió en leyenda cuando subió como abridor para los Azulejos en el Dodger Stadium, marcando un récord nunca antes visto: iniciar una Serie Mundial por cuatro franquicias distintas.
Su llegada a Toronto hace apenas unos meses —mediante un contrato de un año por 15.5 millones de dólares— tenía un claro objetivo: aportar no solo talento, sino también bagaje de postemporada.
Con esto, Scherzer suma otro “primer” a su ya extensa lista: no basta con estar en la Serie Mundial, ahora también cambia de “franquicia de apertura” y sigue sumando capítulos.
Una carrera de grandeza y números memorables
El paso de Scherzer por la MLB ha sido tan implacable como prolífico. Desde su debut con los Arizona Diamondbacks en 2008 hasta su llegada a los Azulejos, ha jugado para siete equipos diferentes.
Entre sus logros: tres veces ganador del premio Cy Young Award, dos veces campeón de la Serie Mundial, más de 3 000 ponches en su carrera, dos juegos sin hit ni carrera y un registro de dominio frente a oponentes de elite.
Este domingo, con la Serie Mundial puesta en el foco mundial, Scherzer no sólo busca otro trofeo: busca reafirmar que, aún con los años a cuestas, sigue siendo un lanzador capaz de cambiar el curso de un juego, de una serie, de una franquicia.
