Noche oscura
MITO: La Liguilla se resuelve a goles.
REALIDAD: 10 tiros a portería en 180 minutos suena y sabe a poco.
En las primeras dos eliminatorias de los Cuartos de Final, la especulación y el jugar con el reglamento en la mano fueron las constantes.
El uno y el dos de la clasificación (América y Atlas) decidieron trasladar la obligación de proponer el juego al más débil (Pumas y Rayados), al que llegó por el Repechaje y los números lo demuestran claramente.
De entrada, se generaron 11% menos de jugadas ofensivas, las opciones de gol disminuyeron en 45%, al igual que los disparos a portería, un desplome sonoro y notable en el espectáculo que brindaron.
El cuadro de Santiago Solari, líder de la competencia, es el claro ejemplo de cómo la Liguilla se convirtió en partidos de especulación.
En torneo regular crearon 27 ataque posicionales por partido, en el juego de Ida de los Cuartos de Final descendió a 22; en las opciones de goles la reducción fue de 66% de 12 a cuatro, a la defensiva en la campaña los rivales tuvieron nueve oportunidades de anotar, Pumas logró 10.
En los tiros a portería, los americanistas tuvieron la misma caída, 60% de cinco en promedio a únicamente dos. El líder del torneo es el claro ejemplo de lo rentable que se vuelve la especulación, motivada por este reglamento que canceló el gol de visitante como criterio de desempate.
CONCLUSIONES: Los cambios en el reglamento le quitaron la necesidad a los cuatro primeros de buscar goles en los partidos de Ida, al tener dos de tres resultados a favor los cuatro que calificaron directo le cedieron la iniciativa y la responsabilidad a la escuadra que llegó vía reclasificación. Los partidos de Ida se transformaron en un tramite.
Solari y Cocca aplicaron la famosa frase de que el mejor libro de táctica en el futbol es el reglamento y abrazado a las reglas se olvidaron de las formas, se despojaron de obligaciones y quieren justificar la decisión de especular avanzando a semifinales. En lugar de tener noches de fiesta con la Liguilla, tenemos noches oscuras con pocas luces y sin estrellas.
