Podría escribir elogios al fantástico paso del América. O sobre la trágica fortuna de Chivas y el infame protagonismo del arbitraje. Incluso de la pobreza de los Pumas más caros. Hasta de la necesidad de ponerle hielo a la furia de Martino y del desperdicio de convocatorias, así como de la polémica de no tener al Chicharito o Zendejas.
Pero prefiero poner el foco en un problema urgente, en la injusticia que vive la tercera afición más grande y un club histórico y exitoso: Cruz Azul, de nuevo víctima del egoísmo de sus directivos.
Es un llamado de urgencia a ti, Víctor Velázquez. Sólo debes tomar una única y fundamental decisión: elegir a un directivo capaz de prescindir a un grande. Lo hiciste de maravilla cuando lograste sacar las garras de Billy Álvarez y sus secuaces. Heredaste a un directivo con experiencia como Ordiales, pero sin el talento para despertar a un gigante dormido. Ya te lo explicaron tus jugadores.
Supiste detectarlo a tiempo y permitiste la llegada de Dávila y un grupo que sabía ser campeón. ¡Y lo lograron! Pero te engolosinaste, dejaste que el abogado te hablara al oído y que Ordiales metiera las manos. No sólo perdiste al directivo de La Novena, sino al técnico y futbolistas clave. El interés de pocos sometió al de la enorme afición cementera.
Están hundiendo a Cruz Azul. Lo hacen trizas. La complejidad de la Cooperativa puede nublarte la visión, Víctor, son problemas monumentales comparados con el futbol. Pero en alcance y trascendencia social, La Máquina requiere a quien sepa llevar las riendas y alcanzar la gloria. Es urgente. Suéltalo, no dejes pasar más tiempo.
