Las dos victorias de Daley

La otra presea dorada de Tom Daley se dio el lunes en el centro acuático de Tokio, y fuimos testigo del fin de una era y el cierre de un circulo virtuoso que tardó 13 años, así como en 2008.

Daley, siendo aún niño, sorprendió al olimpismo, la cita con el destino en la capital japonesa trajo al clavadista británico algo que deseaba profundamente, una presea áurea en la fosa, porque la primera medalla de oro hace algunos años que ya había logrado, el oro de su vida, fue el aceptarse.

Luego de 17 años, China no ganó la plataforma sincronizada de 10 metros varonil, prueba que había dominado el gigante asiático en Atenas, Beijing, Londres y Río, un auténtico monopolizador de esta competencia.

Para el británico Tom Daley, Tokio le abrió la puerta por fin para escuchar “God Save the Queen”, tras 13 años de intentos fallidos en donde precisamente por los chinos se le había negado la presea dorada, apenas se había colgado dos bronces, en Londres 2012 y Río 2016.

El otro triunfo de Daley es indudablemente el que gestó en 2013, cuando 'salio del clóset' y aceptó abiertamente su orientación sexual, a partir de ese momento se convirtió en un ícono de la comunidad LGBT; en 2017 contrajo matrimonio y un año después se convirtió en padre.

En 2018, lanzó un mensaje que fue como un oro olímpico, pidió que en algunos lugares se despenalizara la homosexualidad.

En un mundo tan convulso y siendo el deporte una actividad en la que dar a conocer tu orientación sexual abiertamente puede truncar la carrera de los deportistas, Daley lo entendió de otra manera y en Japón sumó una victoria más.

Es cierto que cada quien es libre de dar a conocer su orientación sexual, pero lo hecho por Daley es plausible, un atleta de esta magnitud seguramente abonará con sus mensajes a seguir construyendo.