La fórmula es sencilla y efectiva, es cíclica: ante cada nuevo fracaso de Rayados se invierte en un fichaje mediático, se vuelve a fracasar y el paliativo es otra bomba. Y así. Pasó con Sergio Ramos, elegido por Filizola y el Tato para darle el dulce a su afición, para calmar la urgencia de títulos, para distraerlos.
El español llegó para vender camisetas y boletos, no para solucionar la crisis deportiva, pues el histórico central encabezó la peor defensa del Monterrey en dos décadas. El costo fue altísimo: 6 millones de dólares por un año. Ahora hay que sacarlo y empezar a buscar al que sigue.
Por eso, el club instruyó a la misma prensa amiga que le ayudó a posicionar la contratación como la "más importante de la historia del futbol mexicano", ahora que cumplió y desvaneció el encanto, a justificar su partida, a dinamitar la permanencia: "Sería un grave error renovarlo".
En estas líneas te adelanté a finales de octubre que estaba decidido no extender el contrato al español y ayer lo confirmó El Chiringuito, ayudando a su paisano al publicar que fue Sergio "quien decidió no seguir en el Monterrey". Y ahora, con un nuevo fracaso, se buscará el nuevo dulce para la afición. Y así.
¿PIERDE CRÉDITO JARDINE?
La eliminación del América ante Rayados pondría a André Jardine más cerca que nunca de la silla de los acusados, en el juicio de su permanencia. Pero, a pesar de sus claros errores recientes, dos pecados recurrentes, elegir a Lichnovsky por encima de Ramón Juárez y sacrificar a Brian cuando es el mejor, su historia aún no termina en el Nido. Habrá un torneo más de paciencia para el brasileño, pero me dicen que ya empieza la búsqueda de su posible reemplazo.
APAPACHO A CHIVAS, RECLAMO A CRUZ AZUL
La serie más pareja de estos Cuartos no decepcionó; aunque faltó el gol, fue un partido dinámico en Guadalajara. Chivas y Cruz Azul caminan juntos sobre una delgada línea entre éxito y fracaso, pero con grandes diferencias: si el Rebaño queda eliminado el domingo, se hablará de una evolución, de estar cerca de regresar, de tener a un campeón de goleo y un plantel interesante. Será otro apapacho. Pero si La Máquina cae, se le tratará con la verdadera dureza con la que se debe criticar a un grande que no consigue el título, y más después de ganar una Concacaf con otro técnico, de no poder superar lo hecho en los certámenes más recientes. Parecidos, pero con enormes diferencias.
