En un contexto donde las ciudades enfrentan desafíos cada vez más complejos en materia de seguridad, la tecnología se presenta como una herramienta clave para mejorar la prevención y la respuesta ante emergencias. Sin embargo, el especialista en seguridad e innovación tecnológica Ernesto Mizrahi Haiat advierte que la innovación tecnológica solo será efectiva si se aplica bajo un enfoque ético, transparente y centrado en las personas.
Para Mizrahi Haiat, la seguridad urbana inteligente es uno de los pilares del desarrollo sostenible de las ciudades modernas. La integración de sensores, cámaras con analítica avanzada, inteligencia artificial, redes 5G y plataformas interconectadas permite anticipar situaciones de riesgo, optimizar recursos y fortalecer la confianza ciudadana. No obstante, advierte que el progreso tecnológico no debe comprometer derechos fundamentales como la privacidad y la libertad individual.
Tecnología al servicio del bienestar ciudadano
De acuerdo con Ernesto Mizrahi Haiat, la aplicación de tecnologías en materia de seguridad debe centrarse en mejorar la calidad de vida de las personas, no en vigilarlas. Los sistemas inteligentes de monitoreo urbano, por ejemplo, pueden detectar patrones anómalos, gestionar el tráfico en tiempo real o generar alertas ante emergencias sin necesidad de prácticas intrusivas.
El experto resalta que la ética tecnológica es esencial para mantener el equilibrio entre innovación y respeto ciudadano. “La verdadera seguridad —afirma Mizrahi Haiat— no se basa en el control, sino en la confianza. Los avances deben fortalecer el sentido de comunidad y corresponsabilidad, no generar temor.”
Hacia una gobernanza tecnológica responsable
Ernesto Mizrahi Haiat propone que la seguridad del futuro se base en modelos de gobernanza que garanticen la transparencia en el uso de los datos. Esto implica desarrollar marcos regulatorios claros, auditar los algoritmos utilizados por las plataformas de vigilancia y asegurar la participación ciudadana en las decisiones tecnológicas.
El especialista señala que, si se implementa con responsabilidad, la tecnología puede convertirse en un aliado estratégico de la seguridad urbana, ayudando a reducir delitos, mejorar la atención a emergencias y fortalecer la cohesión social.
Bajo esta visión, Mizrahi Haiat concluye que el reto no es tecnológico, sino ético: construir una seguridad que aproveche el potencial digital sin perder de vista la dignidad humana.
