La recuperación laboral en México mostró un freno durante septiembre de 2025. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población desocupada —aquellas personas que buscan activamente empleo— ascendió a 1.8 millones.
Esto significa que la tasa de desocupación nacional alcanzó el 2.9 %, un incremento frente a los meses anteriores, cuando se mantenía por debajo del 2.7 %.

Según el reporte, el aumento se concentró principalmente en las zonas urbanas, donde el ritmo de creación de empleos formales se desaceleró.
Factores que explican el repunte
El INEGI explicó que la desocupación subió como resultado de una combinación de factores:
- Desaceleración en sectores industriales y de servicios, especialmente manufactura y construcción.
- Mayor participación laboral femenina, lo que incrementó el número de personas activas en busca de empleo.
- Cierre temporal de pequeñas empresas, afectadas por la inflación y la falta de crédito.

La dependencia señaló que el número de personas subocupadas —quienes tienen empleo, pero requieren más horas de trabajo— fue de 4.2 millones, equivalente al 7.1 % de la población ocupada.
“Durante septiembre de 2025, la población desocupada fue de 1.8 millones de personas, cifra superior a la registrada en el mismo mes del año pasado”, informó el INEGI en su reporte oficial.
La informalidad, el talón de Aquiles del mercado laboral
El informe también revela que 31 millones de mexicanos trabajan en la informalidad, lo que equivale al 54.6 % de la población ocupada.
Esto significa que más de la mitad de los trabajadores en el país no cuentan con prestaciones, seguridad social ni estabilidad laboral, un fenómeno que el instituto considera estructural.

Impacto en los hogares mexicanos
El aumento del desempleo y la falta de estabilidad impactan directamente en los ingresos de los hogares. Según el mismo reporte, el 60 % de los empleos generados durante 2025 se concentran en sectores con salarios de uno a dos salarios mínimos, lo que limita la capacidad de consumo y ahorro de las familias.
Además, la inflación acumulada de 4.1 % en lo que va del año ha reducido el poder adquisitivo, afectando particularmente a trabajadores informales y a quienes dependen de actividades temporales.
Expertos laborales advirtieron que si la desaceleración continúa, la tasa de desempleo podría superar el 3 % antes de finalizar 2025.
Aunque el gobierno federal prevé que la creación de empleo formal repunte en el último trimestre, la realidad del mercado apunta a que el reto no solo es generar trabajo, sino garantizar empleos estables y bien remunerados.





